Las llamas consumen el edificio por completo. El humo sale en grandes cantidades combinadose con el frío aire al mismo tiempo que un misterioso barco abandona el lugar como si nada hubiera pasado, nadie lo persigue y las personas a bordo de él no se detienen a pensar sobre lo que acaban de hacer. Ellos solo festejan, beben y se felicitan por su gran trabajo, sin ser conscientes de que sus acciones crearan un alboroto en el cuartel general de los marines y no solo por qué aquel edificio que ardía era una base marina, sino por que ese incidente sería tomando como una clara amenaza al gobierno mundial.
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Sengoku mira los papeles perplejo, se frota el puente de la nariz y suelta un largo suspiro que refleja a la perfección su cansancio y frustración –¡Cadete!– llama sin paciencia usando un tono poco usual en él. Sabe que la persona que le trajo esos papeles está custodiando la puerta, el hombre abre la puerta lentamente con su nerviosismo a flote. Con pasos para nada firmes se acerca al escritorio del almirante de flota, lo saluda y espera paciente a que el mayor hable, no hay nada por unos segundos, solo escucha los gruñidos de su superior mientras hojea los papeles que previamente le dio.
–¿Sucede algo, almirante de flota?– pregunta ansioso sin saber si estuvo bien que hablara primero. Finalmente Sengoku levanta la mirada y su ceño se frunce, enojado tira los papeles al escritorio, se levanta de la mesa y de paso da un fuerte golpe a la mesa con sus manos. El hombre traga saliva asustado, nunca había visto al almirante tan enojado, excepto cuando tenía que tratar con el vicealmirante Garp, que de alguna manera lo lograba sacar fácilmente de sus casillas.
Sengoku lo mira, tose un poco y respira lentamente tratando de calmarse –Quiero que me expliques la tontería que hay aquí– exige de la manera más tranquila que puede en esos momentos –.¿Leí bien? ¿Una alianza secreta entre estas personas tan importantes? ¿Y la causa es desconocida?– Él no acostumbra regañar a los reclutas cuando apenas se ajustan a sus puestos, siendo este el caso, pero eso era el colmo, empezó a leer el informe preocupado, para que al final fuera una simple hipótesis sin ningún tipo de fundamento ¿Le habrán hecho algún tipo de broma al cadete?.
–Pe-ro se-ñor– dice tartamudeando –To-do ha si-do confir-mado y los mejores agentes están investigando más a fondo– Al parecer no eligió bien sus palabras porque nuevamente el almirante parece a nada de romper el escritorio delante de él
–¡¿De qué estás hablando?! ¡Jamás autorice eso! En primer lugar ¿Quién te dio estos papeles?– la poca tranquilidad que había recuperado se esfuma en un solo instante.
–El almirante Akainu fue quien lo hizo señor hace unos minutos me los entregó diciendo que eran algo de suma importancia. Siendo sincero no comprendo muy bien como es que el término con los datos, pero últimamente circulan rumores sobre que ha estado en contacto con el gorosei– Sengoku aprieta los puños, ese Sakazuki de nuevo, si él se los dio directamente no puede ser una broma, pero todo eso aún no tiene el más mínimo sentido, que el gorosei estuviera teniendo contacto con Sakazuki era algo completamente extraño. Respira y vuelve a tomar asiento, tiene que pensar seriamente en este caso.
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En el Moby Dick la mañana comenzó tranquila, lo único destacable eran los borrachos del otro día tirados en la cubierta, por suerte ninguno despertaba aun. Marco se encontraba en el nido de cuervos mirando el agradable mar disfrutando de ese pequeño momento de paz, todo estaba muy tranquilo últimamente y si bien sabía que no podía durar mucho, no se esperaba que ese mismo día todo se viniera abajo. La gaviota del periódico vuela hasta él para dejar las últimas noticias, soltando un bostezo agarra los papeles y paga a la criatura, extiende el periódico y la portada lo deja completamente sin palabras. Se frota los ojos, sacude la cabeza, mueve los papeles en distintos ángulos esperando algún cambio, sin embargo todo sigue igual, el titular es el mismo.
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El gran trio
Fiksi PenggemarAños han pasado desde la ultima vez que los tres estuvieron juntos, ahora ya no son niños gritando sus sueños, no, son hombres que han y seguirán cambiando el mundo. Después de tanto tiempo fijan un dia y lugar para su reencuentro, a una semana del...