16. Sábado. Explicaciones.

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Miré la hora en mi reloj de mano, tenía hambre, frío y estaba empezando a sentirme como la mierda.

Pero me negaba a irme, había pasado la noche en el coche y cuando la lluvia se calmaba un poco salía y aventaba una piedra a la ventana de Lalisa.

Ella nunca se asomó.

No siquiera se que esperaba, ni lo que quería, sólo sentía que no podía dejar las cosas así, seguramente ella estaba odiándome ahora mismo.

Y no quería que me odiara.

Así que sólo la seguí hasta su casa y pase aquí toda la noche.

La puerta principal se abrió y ella salió, se detuvo al reconocer mi coche y desvío la mirada.

Me baje del auto y fui hasta ella dispuesto a ponerme de rodillas si era necesario.

—Lalisa yo...

—No quiero explicaciones— dijo secamente sin mirarme a la cara. —No voy a creer nada de lo que me digas, Yoongi tenía razón, no eres buena.

—Cómo se enteró

—Tu amiga Rosé se lo contó a ella, seguramente no sabía que somos prima. Entonces ella se burló de mí, me dijo "Te lo dije"

Lalisa apretó los puños.

—Déjame...

—Nunca me había sentido tan humillada, te había defendido aquel día que nos vio juntos y ella se enojó conmigo, le dije que eras buena, que me ayudabas, que me hacías sentir bien pero ahora he llorado toda la noche por tu culpa.

Mi pecho dolía, no podía verla llorar.

La abrace fuerte, Lalisa intentó soltarse pero lo sostuve más fuerte.

—Perdón, perdón, fui una idiota, diablos no quiero que llores, no sabes lo mal que eso me hace sentir. Sí, es verdad me acerqué a ti con malas intenciones pero no le he dicho a nadie, no he podido y me he sentido como la peor basura las últimas horas. Lalisa te quiero.

—No mientas— intentó volver a soltarse pero no la dejé. —Tú seguramente me hiciste cambiar porque no podías soportar estar con alguien fea.

—Sí, lo admito es verdad, soy muy superficial y me siento mal por eso, pero dios Lalisa realmente no me importa como te veas ahora que te conozco mejor.

—Deja de burlarte de mí— hundió su rostro en mi pecho empañándolo de lágrimas.

Y mierda, ahora yo también estaba lagrimeando, la imagen de Lalisa escondido entre los cobertores llorando por mi culpa me había desequilibrado.

—No llores bebé, no lo hagas— hundí mi nariz en su cabello olisqueando su olor a vainilla. —Me gustas de verdad.

Sus movimientos se detuvieron, su cuerpo se sentía menos rígido, pesado y me abrazo fuerte.

Y no lo supe hasta que lo dije, esta chico alga tonta, que no entraba en mis estándares de belleza, demasiada manipulable, tímida, pero con la sonrisa más hermosa que jamás había visto me gustaba, me gustaba mucho.

—Me gustas mucho.

—Mentirosa— solloza.

—Sí lo soy, una mentirosa, una idiota, una tarada, todo lo que quieras pero en verdad te quiero y juró que no miento.

—Mierda.

Se separo un poco sólo para besarme en la comisura de los labios. Me miró y volvió a besarme esta vez más allá.

La tomé de la cintura y profundice el beso.

Escuche y mire de reojo un taxi estacionarse frente a nosotros y tocar el claxon que hizo que Lalisa se asustara y se pegara más a mi.

Entonces sólo lo despedí con la mano porque Lalisa se iba a ir conmigo, ella no necesitaba ningún taxi.        

sólo una semana (Jenlisa) (Adaptación) (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora