10. Miércoles. Besos inexpertos.

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Dientes chocando entre sí, una lengua empujando desesperadamente, una boca demasiado abierta, saliva. Demasiado agresivo.

Lalisa me había reprobado en historia era mi turno en reprobarla en besar.

—Tranquila– susurré en su oído. —Con calma o no será bueno para ninguna de las dos.

—¿Tan mal lo hago?– preguntó, tenia sus ojos brillando, sus labios rojos e hinchados y las mejillas sonrosadas.

Oh por dios, oh por dios, oh por dios.

—Podría ser peor, pero ese es el chiste, aprender.

Asintió nerviosa, sus labios se habían vuelto rojos y brillantes.

—No abras mucho la boca y no hay necesidad de meter la lengua a la primera— volvió a asentir. —Sólo sigue mi ritmo.

El siguiente beso fue más lento, más placentero, más suave, aunque hubo momentos en que nuestros dientes chocaban, era incómodo, pero no tanto.

Cerré la laptop y la hice aún lado sin dejar de mover mis labios, hice que se acostara en la cama.

Nos separamos.

—Ves, estuvo mejor, pero aún no pasas mi materia, ¿Qué tal otro beso?.

Cerró los ojos y volví a juntar nuestros labios, esta vez fueron suaves y de vez en cuando mordía sus labios y volvía a besarla.

Medí el terreno pasando mis manos por su cintura.

Ella las apartó sin dejar de besarme. Sus manos tenían un ligero temblor, estaba nerviosa. Por lo menos sabía que no pensaba llegar más allá de unos besos.

Me aparte acomodando su cabello. —Cuando tengas un novio, la boca no es lo único que puedes besar

Ella asintió.

Besé la comisura de sus labios y hice un recorrió por su mandíbula. Besé su cuello y ella dejó escapar algunos suspiros.

—Esta mal– dijo. —No debería ser yo el que lleve el control, si yo quiero aprender a besar a un chico

—Precisamente por eso, como vas a saber lo que le gusta si no has estado en su lugar, tranquila, sólo relájate.

Asintió de nuevo.

"Que jodida mentirosa eres Kim Jennie" pero la lógica que había usado sonaba bastante convincente.

De nuevo bese su cuello, bajando un poco hasta sus clavículas, saboreándolas con mi lengua, de nuevo moví mis manos a su cintura y de nuevo ella volvió apartarlas.

Entonces logré hacer que se alzara un poco y las puse en su trasero.


—No, no esta bien– intento apartarse pero la tenía aprisionada con mi cuerpo.

—Sí te gusta no hay forma de que este mal, esta mal si no te gusta. ¿No te gusta?

Ella negó. —No es eso, es raro.

—A las chicas les gusta que le agarren el trasero.

De nuevo asintió.

Mierda... mierda... Lalisa no podía ser real, era demasiada ingenua como para tener las mejores calificaciones de la escuela.

Pero eso no importaba, lo que importaba era esa jodida apuesta.

La besé en los labios de nuevo, acariciando sus nalgas.

Oh sí, estaba respondiendo de la forma en que yo quería, podía notar cómo su cuerpo estaba cediendo.

Se apartó. —Perdón.

—No te preocupes es una reacción completamente normal.

 Apreté su trasero para después darle una nalgada.

—Oh dios– gimió.

Hasta que la puerta de la habitación se abrió.

—¡Lalisa!, ¡Mierda!

Lalisa me empujo rápido y se sentó en la cama alterada y preocupada.

—¡Jisoo no digas nada!

Jodida mi suerte.

Tomé mi teléfono antes de que la intrusa se diera cuenta que estaba grabando.

—Será mejor que me vaya– empecé a acomodar mis cosas y Lalisa hizo lo mismo, Jisoo no había salido de la habitación.

Que frustrante, Jisoo no sólo había jodido mi apuesta sino que también mi diversión.


sólo una semana (Jenlisa) (Adaptación) (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora