8. Miércoles. Algo Manipulable.

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Nunca fui una buen chica, siempre me metí en problemas y cosas estúpidas.

Justo ahora la cosa más estúpida que había hecho era proponer el juego y aceptar mi reto, e incluso ahora que sabía que esto era una estúpida idea no podía echarme para atrás, no quería, Lalisa no merecía lo que estaba haciendo, era algo así como una persona demasiado buena para este mundo y aún así quería seguir con el reto.

Ella sólo no podía decir que no, cuando le pedí que me enseñara, cuando hice que cambiará su estiló y aunque se había negado al principio había terminado cediendo, cuando le prohibí comprar el pantalón de cuero, siempre asintió.

Nunca dijo que no, no sabía que tan peligroso podría ser eso para Lalisa.

La vi subirse uno de los pantalones nuevos que habíamos comprado ayer y aunque el cambio no era mucho ahora imaginarlo teniendo sexo conmigo no era algo imposible.

No era fea, pero era simple.

El problema era que podía ser jodidamente linda y entonces ya no podía apartar mi mirada de ella.

—Déjame ayudarte– Tome la secadora para cabello y peiné cuidadosamente.

—Gracias por esto– dijo nerviosamente jugando con sus dedos.

—No tienes que agradecerme y sí tus padres te descubren viéndote jodidamente guapa puedes culparme a mí.

Lalisa se carcajeó exageradamente y se hecho para atrás provocando que la silla donde estaba sentado se tambaleara y cayera al suelo.

—Holy shit– se quejó, y descubrí que las groserías saliendo de sus labios sonaban sexys.

Reí y ella hizo lo mismo.

—Te ayudaré– le di la mano, la tomó y logró ponerse de pie. —Eso fue algo peligroso, pudiste lastimarte.

Sacudió el polvo de su ropa y asintió.

—¿Entonces me veo guapa?— preguntó y sentí mis mejillas calentarse. No es como si fuera la gran cosa después de todo.

—Por supuesto, esto es obra de Kim Jennie no hay forma de que te veas mal, sólo falta que vayas a la cita que hice con el oftalmólogo y cambies esos lentes.

—No estoy muy segura de eso.

Apreté los pómulos de su cara. —Sí lo éstas– Ella me miró, estábamos jodidamente cerca, sí le robaba un beso probablemente todo se acabaría, aún no estaba seguro de como lo tomaría, ella podría corresponder o bien darme una cachetada. y joderme el reto para siempre.

No sabía como hacer para que se fijara en mí, ni siquiera tenía una idea de sus gustos, si era hetero o lesbiana, Lalisa podría incluso ser asexual y yo no lo sabría.

Y ya era el tercer día, mi tiempo se estaba acabando.

Se alejó haciendo gestos extraños. —Estabas viéndome raro, ¿te perdiste en tu mundo?

Moví la cabeza en negación. —Mejor vamos a comer— le dije empujándola fuera de la habitación.

—Por cierto, tenemos que tirar toda tu ropa fea.

—Estaba pensando en donarla.

—Definitivamente NO, vas a desgraciarle la vida a quien obtenga uno de esos pantalones color popo que tienes.

—No seas exagerada— sonrió.

—No lo soy.

sólo una semana (Jenlisa) (Adaptación) (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora