Yo Te Cuidaré... //Cinco y Tú// [CANCELADA]

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UN NUEVO INICIO

[Pov: Cinco]
Para resumir como habíamos llegado a estar parados frente a unos idiotas llamados la academia Sparrow, al llegar del '63, arríbanos la academia pero desde el momento en el que tocamos suelo fuimos directo a un hospital algo extraño que Klaus nos había llevado porque dijeron que sería sospechoso llevar a una niña con heridas así de extrañas por todo el cuerpo a un hospital, pero no creo que haya sido buena idea ya que nos dieron a elegir si dejar a mi _____ en coma o... dejarla ir, y me vi obligado a la última opción.

Sigo sin poder creerlo, aún siento ese dolor en mi pecho cuando la observé inconsciente sobre mis brazos. Aún siento que toda situación no es real, lo cual es extraño en mi ya que normalmente soy muy realista en situaciones así, pero después de tanto llanto a escondidas y el intento de consuelo de mis hermanos es simplemente imposible no sentirme como si mi mundo haya caído el momento que la perdí.

Desde que salimos del hospital y de que nos hayan dicho que sería llevada a la morgue me sentí horrible, sentía como si estuviera incompleto, como si haya dejado una parte de mi en el hospital. Todo me parecía imposible.

—Disculpa, ¿que con que son tus hijos? —preguntó Diego extrañado y molesto haciendo despertar de mis pensamientos.

—Exacto, no es posible. —apoyé.

— ¡Claro que sí! Creo que yo lo sabría, ¿no? —me respondió el viejo.

—Todos pueden ver a Ben, ¿no? —preguntó Klaus aun sorprendido, igual que todos.

—Lindo sombrero. —le respondió Ben.

—Se llaman a si mismos la Academia Umbrella, un grupo de intrigantes y pérfidos insatisfechos que me abordó en el otoño del 1963 cuando estaba en Dallas por negocios. Les advierto que dicen ser mi Prole. —les dijo Reginald.

— ¿Dicen? Cinco, ¿que diablos está pasando? —me preguntó Allison sin entender nada.

—Aún no lo sé, pero es preocupante. —respondí.

— ¿Dice la verdad? —preguntó uno de los otros raritos.

—Con lo de ser pérfidos, no. —le respondió Vanya de inmediato.

—No, pero estamos algo perdidos. —les dijo Klaus.

—Y somos sus hijos. Esta es nuestra casa. —prosiguió Vanya.

—Así es, crecimos aquí. —apoyó Luther.

— "Así es, crecimos aquí" —lo imitó uno de ellos que parecía tener la cara quemada o deforme.

—De ser asi, nos hubiéramos dado cuenta. —dijo otra chica bastante linda.

—Hola. Soy Luther. —le dijo este a ella bastante fuera de contexto.

—Bueno, no deberían estar aquí. —les dijo Allison empezando a molestarse.

—Vaya... de acuerdo. Haremos las maletas y nos mudaremos. —se burló otra chica pero con lentes y el cabello corto a lo que él cubo que flotaba emitió un sonido extraño y todos se rieron.

—Me matas, Chris. —le dijo Ben a la caja.

De repente unos tacones se escucharon a lo lejos, todos volteamos a ver y todos abrimos la boca sorprendidos.

—No estaba esperando visitas. —nos dijo mamá con una bandeja de galletas en la mano. —Esto es lo mejor que pude hacer en tan poco tiempo. —su voz cambió y le costaba hablar, estaba dañada.

—Mamá... —susurró Diego, él más sorprendido de todos.

¿Que mierda estaba pasando?

— ¿Mamá? Es un robot, pervertido. —dijo una chica de los idiotas.

—No lo es. —le respondió de inmediato.

—No lo llames así. —dijo Luther.

— ¿O qué? —preguntó el Ben.

—Ven y averígualo. —le respondió Luther.

Todos empezaron a insultarse entre ellos con amenazas extrañas a lo que yo sólo suspiré.

Cuando se callaron el que parecía el líder empezó a hablar:

—No se de que circo escaparon ni como pasaron la seguridad, pero de acabó. Tienen 30 segundos para irse de aquí.

— ¿Y si no nos vamos? —le preguntó Allison.

—Lo resolveremos a la antigua.

—Acabamos de luchar contra un ejército y acabamos de perder a uno de los nuestros. ¿Si? Nadie quiere que esto se ponga feo. Calmémonos y hablemos. —les dijo Vanya.

—No se preocupen, de todos modos nosotros estamos sin uno de nosotros también, está en una misión así que es igualdad.—nos dijo la chica con lentes.

Después de eso solo vieron golpes, golpes y adivines qué... ¡golpes!

[Pov: Narrador Omnisciente]
El teléfono del hotel en el que me encontraba sonó, le bajé el volumen a Lana Del Rey y con la mano que no agarraba el cigarro tomé el teléfono.

— ¿Diga? —pregunté y tomé una bocanada del cigarro.

—Te necesitamos. Hay unos idiotas molestando. Hay una de ellos en específico muy poderosa y en serio te necesitamos para derrotarlos. —la voz de Marcus me dijo seria.

— ¿Y que pasará con la misión? —le pregunté extrañada.

—Cancélala. El avión va en camino. —me dijo y me cortó de inmediato.

Suspiré, apagué el cigarro contra el cenicero, le subí mucho a la música, me puse mi uniforme y empecé a hacer la maleta.

Odiaba los cambios de planes, pero parecía que vivía constantemente con ellos.