13. LEKIA, ANKER

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Los materialistas conocidos como Climas tienen la habilidad de Combustionar-Congelar.

En términos correctos, lo que ellos son capaces de hacer es interactuar con la Agitación Térmica de la materia.

La Agitación Térmica, es el movimiento caótico que tienen las moléculas dependiendo de la temperatura y del estado de agregación. La dependencia con la temperatura es: A mayor temperatura, mayor agitación térmica y viceversa.

Por lo tanto, en un sentido práctico, los Climas aumentan o disminuyen la agitación térmica de la materia hasta hacerla entrar en combustión o hasta congelarla. Cabe recalcar que el uso de las habilidades de los materialistas es inconsciente, por lo que ellos no se dan cuenta hasta que nivel afectan sus habilidades a lo que los rodea.

En el próximo capítulo, estudiaremos los estados de agregación y cómo los afectan los Climas.

—Teoría Materialista II, de los Archivos Generales.

Durante todo el vuelo hasta Lekia estuve viendo una caricatura que me gusta mucho. Ya es algo antigua, y tengo que decir que me sé casi todos los diálogos. La veía con mi hermana cuando éramos niños y siempre competíamos para ver quién se sabía más frases de los personajes. La caricatura se basa en un grupo de niños que tienen misiones como agentes especiales. Cuentan con una base secreta en una casa del árbol llena de armas hechas con materiales reciclables. Me encantan todos y cada uno de los capítulos. Me pregunto si Janiri seguiría viendo la caricatura después de su conversión. Lo dudo. No creo que algo de quién era ella siga existiendo.

Desde que la gente de Zadrika me quitó el bloqueo puedo vivir mejor. Nunca te das cuenta cuánto extrañas algo hasta que te lo arrebatan.

Para salir de Tlakotli tuvimos que tomar un vuelo, ya que son más baratos que los viajes a bordo de los trenes de alta velocidad (tecnología materialista). Las personas de Zadrika me dieron incluso un nuevo pasaporte con mi nuevo nombre. Aún tengo que acostumbrarme a que me llamen Ander, y aunque no cambia mucho, lo siento raro.

Es extraño como nunca te das cuenta de la cantidad de extranjeros que hay en tu país hasta que vas a un aeropuerto o tren de alta velocidad. Antes de abordar, todo era un caótico mar de rasgos diferentes. Desde cabellos azules, verdes y blancos, hasta tonos de piel pasando por toda la gama.

En Tlakotli, el color de cabello común es el naranja, justo como el mío. En Artresto es Café, como lo fue el de Velen antes de su conversión. Pero en Lekia, la mayoría de la gente nace con el cabello blanco. Es particularmente extraño, ya que al menos en los demás continentes, un símbolo de vejez es la aparición de canas, y en Lekia tienen el cabello blanco desde que nacen. Casi todo mi avión tiene cabezas blancas. Podría decirse que las excepciones somos Amber de café, papá de azul y yo de naranja.

Benfis es tal vez el país más importante de todo Lekia. Tiene una economía sólida, a tal punto que puede poner bloqueos comerciales importantes a otros países cuando estos no se someten a su voluntad, o, mejor dicho, «cuando algún país recula de los tratados internacionales», que en su mayoría son propuestos por Benfis.

Cuando aterrizamos me siento un poco desconcertado. Pasamos al área de migración. Una amplia estancia bien iluminada con varias mesas de atención. Los extranjeros tenemos que pasar por aquí mientras los residentes se van a la fila directa para entrar a su país.

—¿A quién se supone que tenemos que ver? —Me pregunta Amber antes de pasar por la zona de migración a que revisen nuestros documentos.

—Zadrika me dijo que nuestro contacto se llama Eider Amouteru.

RECUERDOS DE SANGRE Y PLOMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora