-¿mi señor?- pegunta la rubia al hombre sentado en el sofá individual
La guerra sanguinaria había estallado, ya no quedaba absolutamente nada, solo él y sus seguidores, él y sus hermanos.
La sangre mágica había sido derramada en montones, tanto así que ningún ser mágico quedo con vida. No había unicornios, no había dragones, ni elfos, lo único que sobrevivió a la masacre, fueron los thestrales, que deambulaban por todos lados, alimentándose de los muertos.
Habían planeado durante años que harían al respecto. Fue una constante búsqueda de libros, asaltos a las bóvedas abandonadas de Gringotts, a bibliotecas destruidas, escuelas, mansiones, hasta que encontraron la respuesta.
Él tenía alrededor de 58 años, pero a la edad de 33 había dejado de envejecer, así que seguía tan joven como lo había sido antes.
-¿hicieron todo lo que les pedí?- le pregunta secamente. Su dedo rebotaba de arriba abajo en el apoyabrazos mientras con su otra mano acariciaba algo invisible en su regazo, algo que solo él y la muerte misma sabían que era.
-Claro. Las runas están dibujadas, y las maletas ya están hechas- dice tan soñadora como siempre.
Luna era quien había estado para el después de la batalla de Hogwarts, jamás se fue de su lado, era su segunda al mando, su mano derecha, su hermana, y por la única que daría la vida.
-Bien. Reúne a todos allí. Ya llego la hora de viajar- sonríe con malicia mientras la mira fijamente. La chica suelta una pequeña risita, hace un reverencia, y se retira.
Una vez ella se había ido, el miro a un lado y hablo.
- ¿Muerte?- llamo a su fiel amiga.
- ¿Amo? -pregunta apareciendo de la nada.
La muerte y él se conocían hace unos 35 años, cuando Harry se había dado cuenta de que era el maestro de la muerte, que tenía en su poder las tres reliquias, la varita, la capa, y la piedra. Al principio la relación fue áspera, pero con el tiempo se ablando, y los bordes afilados se suavizaron.
- ¿está todo listo allí? -le pregunto mirando fijamente a la muerte. Era el único ser humano no mortal que era capaz de hacerlo.
-sí. Sus nombres están hechos, fueron registrados en Gringotts y en el ministerio Estadounidense, hay una mansión preparada a las afueras de Londres, en un pueblo llamado Castre Combe. Poseen una bóveda exclusiva en Gringotts, su historia fue preparada, y una carta solicitando su estadía en Hogwarts para cumplir su quinto año fue enviada, en unos días recibirán la respuesta- dijo
-excelente... ¿Tom Riddle?- pregunto curioso
-bien. Aun no abrió la cámara de los secretos, no mato a nadie, y aun no empezó a investigar sobre la inmortalidad -explico con desinterés, ya queriendo irse a continuar con su trabajo, sintiendo aquellas nuevas almas a punto de cruzar el velo de la muerte y rogando por ser reclamadas.
-Perfecto- sonrió de lado. Luego se para, y miro a la muerte a los ojos nuevamente -nos vemos en el pasado, mi querida amiga -se aleja, para ir al salón de runas.
-Suerte en tu viaje, Harry Potter. Salva al mundo mágico de la destrucción- desapareció dejando un poco de humo negro en el proceso.
El hombre sonrió de lado, mientras caminaba hacia la habitación.
Sus ojos se posaron en las ventanas grandes y altas, mirando el cielo gris y oscuro, el viento fuerte que hacia la copa de los arboles moverse al compás de una melodía inexistente. Y que golpeaba las ventanas haciéndolas temblar. Los teatrales en que deambulaban con pereza en los grandes terrenos, mirándose unos a otros, o mirando a la nada, sabiendo que algo está por suceder.
YOU ARE READING
Hadrian Morte
FanfictionCORRECCIÓN. el mundo magico despues de la guerra fue descubierto por los Muggles y destruido, por lo que el nuevo amo de la muerte y sus seguidores, viajan al año 1941, donde Tom Riddle alias Lord Voldemort, esta en su quinto año de Hogwarts. la fam...