Hadrian Morte

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❀𝑳𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑴𝒖𝒆𝒓𝒕𝒆❀

Hadrian caminaba por los pasillos mientras cantaba una canción que había escuchado en su tiempo, antes de que todo esto ocurriera.

La canción se llamaba Notion, y realmente en algunas partes le hacía sentir identificado, lo hacía sentir bien escucharla, o en este caso, cantarla, más que nada cuando era un buen día.

Su primera clase ese día era Herbologia, honestamente no sabía de qué hablarían, pero si sabía que se iba a aburrir mucho, no solo porque ya sabía el tema, sino porque la herbologia lo aburría en sí.

Solo quedaban unas semanas antes de que comenzaran las vacaciones de navidad, tenía planeado invitar a Tom, tal cual habían quedados con sus amigos. También sabía que Grindelwald empezaría a perseguirlos activamente en ese tiempo. Él ya había dejado su collar, para llamar su atención, básicamente era una miguita para que el siguiera el camino adecuado. El señor oscuro de esta época era mucho más fácil de derrotar que Dumbledore. Este hombre, contrario al anciano del futuro, tenía menos experiencia, poder político, pero era más astuto, duro, y pensaba antes de actuar. El Dumbledore viejo pensaba como un anciano, eso le daba puntos de favor a Voldemort antes, este Dumbledore los miraría, y pensaría tres mil veces antes de actuar, es más, ya los estaba mirando. En las comidas sentía su mirada en él y sus hermanos, analizándolos a cada uno. Debían empezar a cuidarse.

Sus pasos cantarines llegaron a al invernadero. Todas las miradas se volvieron hacia el inconscientemente, algunos incluso se corrieron del camino, como lo harían seguidores, el sonrió brevemente al ver eso, todos en esa habitación sabían quien mandaba.

***TMR//HJM***

Tom miro a Harry desde su posición en la mesa, el chico cantaba una melodía baja, algo de mirar a la muerte, y de cosas que le decían jóvenes cuando el era joven.

Sus miradas se conectaron. Las esmeraldas lo miraban con una locura atrayente.

Tom estaba furioso con el chico, lo había ignorado después de lo que pasó en su habitación días anteriores, ni siquiera lo había mirado, y actuaba como si nada, como si no le importara, pero él sabía mejor, sabía que no era así.

En ese momento el profesor entro a clases. Todos se acomodaron en sus lugares, Harry frente suyo.

Harry... Así le había dicho el menor que lo llamara esa noche, y no le había pedido que le dijera de otra forma, o se lo había vuelto a impedir, así que lo seguiría llamando de esa manera.

El profesor comenzó su clase con su habitual alegría y entusiasmo, pero fue ignorado mayormente por Tom, no importándole el tema, ya lo había leído y estudiado, así que solo le importaba lo práctico.

La clase paso solo con algunos murmullos, estudiantes cuidando sus plantas y escuchando las instrucciones de la profesora.

Tom se pasó la mayor parte del día mirando a Harry, que trabajaban en silencio, mientras tarareaba suavemente esa irritante canción una y otra vez, quería meterle tierra en la boca, solo para ver si se callaba... O aún mejor, comerle la boca.

Al salir del salón persiguió al niño a una distancia razonable. Harry caminaba por los pasillos, casi dando saltitos con sus pies, y él lo seguía de lejos.

Cuando ya no había nadie más a los alrededores, por fin se acercó con rapidez lo agarro de los hombros, sobresaltándolo, y lo estampo contra la pared.

Acerco su rostro hasta que quedo a centímetros del de Harry, que lo miraba con impresión.

– ¿Te divierte? –gruño Tom, mirando fijamente las esmeraldas que estaban abiertas con sorpresa.