Hadrian Morte

5

❀𝑺𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆❀

– ¿A dónde nos dirigimos? –pregunto Pansy mientras caminaba con Harry por un callejón muggle.

El moreno no respondió a la pregunta, solo continuo caminando, ignorando todo lo que decía la pelinegra.

Pansy a veces solía ser muy efusiva, y eso lo cansaba mucho, odiaba tener que escucharla cuando se ponía de aquella manera.

–Potter –gimió.

–A buscar a un Muggle –respondió por fin.

Las calles del Londres no mágico eran oscuras, frías, con excepción de las viejas lámparas que iluminaban tenuemente. Las tiendas estaban cerradas, todos dormían con la precaución de que podría a ver un ataque en cualquier momento. Las calles eran de asfalto viejo, mezclado con tierra y mierda de caballo. El olor era repugnante, pero era mejor que en las épocas antiguas, Harry estaba seguro.

– ¿Estás seguro de que encontraremos uno? –le pregunto ella.

–Lo haremos –asintió y continuo caminando con paso recto.

–Pero están el guerra, en este tiempo todos están dentro de sus hogares por temor –replico.

–Pansy –gruño el deteniéndose para mirarla –Cállate –ordeno.

Ella lo miro unos momentos, antes de bajar la cabeza en sumisión y asentir.

–Lo siento –murmuro, pero fue ignorada.

Harry comenzó a caminar nuevamente, mirando por las calles, intentando encontrar un bar, o algo por el estilo.

– ¿Qué es lo que buscamos exactamente? –le pregunto.

–A un borracho –contesto simple.

– ¿Por qué no un vagabundo? He visto algunos ya.

–No, la poca moral que me queda no me deja –respondió.

Ella asintió confundida, pero lo siguió.

Pronto encontraron un bar, estaba viejo, las camparas eras aún más tenues, los pisos tenían tierra, y dentro se podía oír música que provenía de una radio.

–Vamos. Quédate cerca de mí –ordeno mientras abría la puerta que hizo un sonido de campanilla.

Los borrachos bailaban y cantaban, eran todos hombres. Tenían charlas guarras, y chocaban sus grandes vasos de vidrio contra los otros, salpicando la cerveza. Algunos incluso tomaban de la botella.

–No se permiten mujeres –gruño un fortachón al lado de Harry, al parecer ni siquiera le importaba que sean niños.

El menor lo miro indiferente, saco una bolsa llena de dinero muggle que había conjurado y se la tiro.

El hombre la tomo, al abrirla y ver que tenía dentro la guardo e hizo como si nada hubiera pasado.

– ¿Cuál de todos mataremos? –susurro extasiada Pansy.

–El primero que se te insinué –contesto él.

–Perfecto –sonrió, para luego levantar más su falda –Veamos quien es el primero que cae –sonrió maliciosa.

Caminaron hacia el cantinero, que los miro con una ceja levantada, pero antes de poder comentar, Harry hablo.

–Dos cervezas –pidió con rostro frío.

El hombre frunció el ceño pero obedeció.

–Como usted diga –sirvió y se las paso –Serian 7 Libras –el menor saco el dinero y se lo dio.