La Maldición de la Locura

Soy normal

Soy tan normal, no hay nada malo en mi, eso mismo me repetía mientras escuchaba Chopin Spring Waltz y llevaba con mi mano la punta de un filoso cuchillo que recorría con delicadeza mi pecho y dejaba unas tiernas marcas rojas, en mi piel solo era eso, pero mi cabeza imaginaba como mis carnes se abrían y de ella brotaba una gran fuente de sangre como para sumergirse en ella, danzaba tan a gusto con el filoso cuchillo en mis manos, él me acariciaba el rostro y me dejaba su tierno beso, recorría mis brazos y dejaba marcas como un delicado gato, me imaginé bañada en sangre, bañada en vida, pero no era así, mi piel estaba intacta, solo estaban unos leves rasguños, pero mi mente se pintaba algo más cruel, al tener un momento corto de conciencia suelto el cuchillo y me miró con horror pero fue tan corto mi momento de conciencia que  vuelvo a tomar el cuchillo y lo dejo acariciar mi cuerpo de nuevo, ahora pasea su filo por mi cuello, el frío metal me eriza la piel, ahora pasa por mis muñecas me emociono tanto que hago más fuerza de la que debería y por fin el filoso metal cumple su acecho, a entrado a mi piel, a cortado una de mis venas o quizás todas las que tienen puentes en esa área, no lo sé, la sangre real la veo salir a borbotones de mi muñeca y una sonrisa se pinta en mis labios, quiero probar la vida que sale de mí, nada me detiene, puedo hacerlo, la aplicó como mascarilla en mi cara mi sueño de empaparme en ella se cumple de manera real, la diversión se acaba, ya no tengo fuerzas, mis ojos se apagan, mis rodillas las que antes danzaban ahora me desmoronan lentamente al piso mientras la fría pared recibe mi peso y mi pálido cuerpo resbala por ella como un tobogán que solo me lleva al suelo en el que hay una piscina de mi vida...