La Maldición de la Locura

El lugar más aburrido

Por fin me logro despertar, mi madre no está, así que no quiero que me metan a un manicomio, voy a escapar, a dónde iré? No lo sé, pero en fin, empiezo a quitarme todo lo que me tienen puesto, mi pie descalzo toca el piso frío que hace que mi piel se erice, voy a abrir la puerta pero para mí mala suerte la puerta se abre antes y es el doctor.

D: a dónde vas? Por qué te quitaste todo lo que te teníamos puesto ?

Intenta agarrarme de los hombros.

- no, suelteme, quiero irme, no me voy a ir a un puto loquero, suelteme que me voy.

D: no vas a ir a ningún lado.

Empezamos a forcejear él tiene más fuerza que yo, él llama a una enfermera y le dice que traiga una cosa rara, la mujer llega con una jeringa en sus manos.

- no, no, no , no quiero sedantes, no suelteme.

Al mirar por la puerta veo a mi madre mirando la escena, sus ojos están cargados de melancolía, así que siento como si él tiempo pasará lento y mi cuerpo se queda en quietud, un tierno zancudo me da un pinchazo en el brazo, en su aguja  parece que trae veneno porque lentamente el sueño me invade incluso las voces de los doctores se escuchan distorsionadas, se oyen muy graciosas así que empiezo a reírme a carcajadas, pero ya no me da para más, mi cuerpo se desmorona, bendita constumbre de mi cuerpo abandonarme cuando mejor la estoy pasando.

Después de un tiempo desperté, ví a mi mamá, quería abrazarla, tenía que convencerla de que no me mandará al centro de locos.

- Hola mamá, intento alzar mis brazos para que me abrace pero al intentarlo mis muñecas atadas no me permiten realizar lo que tenía en mente, halo de nuevo con más fuerza pero no puedo es absurdo, pero algo en mi mente me dice que siga, se siente placentero estar así.
Mi madre está llorando.

M: Anna por favor, detende ya no te hagas más daño, por favor.
Me súplica llorando.

Abro mis ojos desorbitados, caigo en cuenta que si debería ir a ese lugar, me estoy lastimado, pero sobre todo estoy lastimando a mi madre, ya no puedo seguir así.

- mamá lo siento mucho, intername, deja que me encierren, quizás es lo mejor para todos.

M: oh mi amor, te vas a mejorar y volverás pronto a casa, ya verás, me siento orgullosa de tu decisión.

Me da un beso en la frente y sale rápidamente, supongo que es para decirle al doctor que e aceptado que me internen ya tengo 18 años así que mi opinión cuenta mucho, ya soy mayor de edad y e tomado la decisión que me volverá más loca aún, porque no hay nada más loco que el amor...