vi. 𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐀𝐋𝐌

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    Pasada la segunda prueba, Hermeliin se sentía mucho más tranquila; luego de haber enfrentado a un dragón y haber tenido que nadar en las tenebrosas aguas del lago negro, sentía que ya no había nada que pudiera asustarla

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    Pasada la segunda prueba, Hermeliin se sentía mucho más tranquila; luego de haber enfrentado a un dragón y haber tenido que nadar en las tenebrosas aguas del lago negro, sentía que ya no había nada que pudiera asustarla. Como tenía tiempo hasta el día en el que le dijeran de que trataría la tercera prueba libre, decidió aprovechar sus tres meses libres en cosas bastante simples; aprovecharía que ya se habían habilitado las salidas a Hogsmeade para tener una cita con Cedric, además de pasar más tiempo con Christian y Oliver.

    Actualmente, ella se encontraba justamente en un lindo paseo con Cedric por el pueblo de Hogsmeade. Ambos habían decidido hacer una pequeña parada en la Tienda de té de Madame Pudipié. La decoración era muy pegajosa y con volantes. Las ventanas empañadas, las mesas y sillas llamativas eran tal vez muy cursis, pero el té y café que servían era exquisito, por lo que, aunque ni a Cedric ni a Hermeliin les agradaba demasiado la estética o atmósfera del lugar, decidieron comer allí. Rápidamente buscaron una mesa libre, quedando en una la cual estaba en una esquina con una ventana un poco desolada (aunque según Hermeliin este era el mejor sitio que podrían haber elegido para comer, ya que como no había mucha gente al rededor se le hacía más privado).
    La señora Pudipié no tardó demasiado en aparecer y pedir sus órdenes; Cedric pidió un café con leche simple y Hermeliin pidió un té verde de matcha. Además, ambos decidieron pedir unos bizcochos para acompañar sus bebidas. Para su suerte, la señora Pudipié no demoró mucho en volver con sus pedidos.

    —Y, Hermii, ¿tienes alguna idea de sobre que tratará la tercera prueba? —preguntó Cedric.

    —La verdad no tengo idea, pero no tengo miedo; además, se supone que el señor Bagman nos contará sobre que trata la prueba por mayo —contestó tranquila Hermeliin, para luego tomar un sorbo de té.

    —Tienes razón, me había olvidado. Bueno, solo espero que no sea nada demasiado peligroso, ya sabes, estás en lo que viene a ser "la tanda final", así que ojalá no pase nada malo —dijo con tono levemente preocupado y la mirada perdida.

    —Ay Cedric, no pasará nada. Llevas desde que comenzó el torneo con ese "mal presentimiento" y mira, no a pasado nada raro —contestó con tono suave y acogedor, intentado que Cedric se despreocupara.

    —Si, tienes razón... —respondió y, aunque intentó aparentar que nada pasaba comiendo un bizcocho, Hermeliin notó como su mirada seguía perdida.

    Ambos charlaron un poco más y, cuando notaron que el cielo comenzaba a oscurecer, decidieron volver al castillo. Ambos pagaron la cuenta del té, café y bizcochos y salieron del local. Ambos caminaron tomados de la mano, sintiendo como el fresco aire de la noche comenzaba a hacerse presente. Sin embargo, Hermeliin detuvo su caminata y, señalando una tienda, habló.

    —¡Mira, Ced, son collares a juego! ¿O no que son hermosos? —dijo.

    Cedric miró a donde señalaba Hermeliin, viendo vos cadenitas simples de plata, las cuales tenían como dije una piedra de rodonita en forma de medio corazón, haciendo que si juntabas los dos dijes se formara un corazón completo. Cedric luego desvió su mirada hacia Hermeliin, notando como sus ojos brillaban al ver las lindas cadenitas a juego.

𝐒𝐓𝐎𝐀𝐓 ──a harry potter fanfiction──OLDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora