Elisabeth, y la piedra filosofal. [Libro I]

Capítulo VI.

No entiendo nada. Yo había subido este capítulo hace tiempo y me encuentro con que ha desaparecido. Bien Wattpad, bien.

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Capítulo VI.

No había cosa más incómoda que tener prácticamente a una sala entera de gente mirándote mientras intentas desayunar.

Lo peor de todo fue cuando nos dirigíamos a clase de Historia de la Magia, que nos topamos con Filch, el celador. Se puso a decir a gritos que íbamos derechitos al pasillo prohibido y es que, para nuestra mala suerte tenía razón, nos habíamos perdido y estábamos en el tercer piso.

Menos mal que el profesor Quirrell nos sacó de ese apuro.

Historia de la magia era realmente insoportable. Lo único interesante fue descubrir que nuestro profesor era, nada más y nada menos que un fantasma y que en efecto, era capaz de atravesar paredes.

El profesor Flitwick, era una especie de gnomo que enseñaba encantamientos. Se desmayó y todo al leer nuestro nombre y apellido de la emoción, cosa por la que muchos reímos. Hermione en ese momento me dedicó una severa mirada. Pobre mujer, tan joven y tan amargada.

Ahora tocaba transformaciones. Estaba muy emocionada, ya que tenía entendido que si practicadas mucho y llegabas a dominar las transformaciones, podías ser un animago. Es decir: una persona con la capacidad de transformarse en animal.

-Transformaciones es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderéis aquí, en Hogwarts -dijo la profesora McGonagall-. Cualquiera que pierda el tiempo en mi clase tendrá que irse y no podrá volver. Ya estáis advertidos.

¡Fue increíble! Transformó un escritorio en un cerdo y al instante lo devolvió a su forma original. Tras haber tomado todos los apuntes posibles por tomar, nos dio a cada uno una cerilla y nuestro trabajo era convertirlo en una aguja.

Bien. Al final de la clase sólo Hermione y yo lo conseguimos. Me sentí realmente ilusionada.

-Ahora toca Defensa Contra las Artes Oscuras con...

-El profesor Quirrell -finalizó la frase Harry por Ron.

Menuda desilusión nos llevamos. Por Dios, ¡las clases parecían una broma! La clase apestaba a ajo, y escuché a un murmullo decir que era para protegerse de un vampiro que conoció en Rumania. Ni que fuera a venir expresa y exclusivamente para él...

Por fin, el viernes, encontramos el camino al gran comedor sin perdernos una sola vez. Un gran mérito que apunté con orgullo en mi mente.

-¿Que toca hoy? -pregunté a la vez que llenaba mi vaso de zumo de calabaza, que resultó ser exquisito y adictivo.

-Pociones Dobles, con los de Slytherin -contestó Ron-. Snape es el jefe de la Casa Slytherin. Dicen que siempre los favorece a ellos... Ahora veremos si es verdad.

-Ojalá McGonagall fuera así -dijo Harry. Le di la razón mentalmente mientras bebía

Curiosamente Harry y yo recibimos correo, una carta de Hagrid, invitándonos a beber té aquella tarde.

-Uh... Yo había pedido a los gemelos que me enseñaran a jugar a los naipes explosivos, parece ser divertido.

-No hay problema. Solo, no te metas en problemas.

Yo bufé.

-Habla por ti, hermanito.

Ya era la hora de Pociones. Las clases se daban en las mazmorras por lo que hacía un frío horrible. Lo peor fue ver los animales conservados, flotando en frascos de vidrio por todos lados.