Everybody is changing and I don't feel the same.

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Si Harry hubiera llevado una lista de todos los errores que había hecho en sus treinta y dos años de vida, el número uno, escrito con tinta roja y resaltado sería crecer. O haber dicho que quería ser adulto.

Cuando tenía dieciséis, su forma de ver la vida era bastante irreal a como la vivía ahora. Seguramente aquel chiquillo rizado con pulseras de cuero en sus muñecas le diría a su versión adulta: —¿Eres un adulto con una guitarra, no? ¡No necesitas a nadie! ¡Venga, cuatro dólares en el bolsillo y un autobús, larguémonos de esta pocilga de mierda!

Harry soltó una risa floja.

Sinceramente... su realidad era todo lo contrario a lo que el trabajo para el Señor Clint sobre su ''plan de vida'' decía. Y es que cuando cursaba su último grado, su profesor de sociales les pidió que como trabajo final le entregaran su plan de vida. Había dicho que pensaran bien, que tomaran en cuenta como se imaginaban las situaciones económicas y sociales del futuro, que leyeran artículos de estimaciones de vida para los siguientes años y que no se guiaran por simples tonterías de su mente, o que dijeran que tendrían un auto volador.

Harry había exentado ese trabajo como la mayoría. El ensayo comenzaba con las situaciones climatológicas y demográficas de la ciudad dónde quería vivir: Los ángeles. El partido que probablemente estaría en alcaldía y esas cosas metodológicas. Cuando se llegó al apartado de lo que planeaba hacer, decía con resaltador amarillo fosforescente: Cuando tenga treinta, viviré en un departamento mediano y de buen precio en Los Ángeles, seré un artista reconocido por algunas personas y tendré un refrigerador hasta el tope de helado de chocolate y cerveza.

Quince años más tarde, era desempleado con deudas. Su carrera de artista estaba en el infierno o más abajo. Vivía en un apartamento que no podría mantener por otros dos meses, con cada habitación hecha un desastre. Ropa y sabanas tiradas apestando a vomito o mugre. Su cocina empezaba a apestar a caño y creía haber visto cucarachas hace quince noches. Bueno, en algo sí había acertado: Su refrigerador estaba al tope de cerveza.

¿Se le olvidaba algo? Ah, sí. Estaba divorciado.

Probablemente eso último era lo más difícil y doloroso de creer. Estaba divorciado del maldito amor de su vida. Su esposo por ocho años. Su mejor amigo desde la secundaria, su maldita mano derecha. Su Louis.

Me and the devil... was walking side by side... —Cantó con voz lenta y ebria. Alzando su botella de cerveza hacia el techo.

Sinceramente, ni siquiera su maldita versión de veintiocho pensaba que cuatro años más tarde estaría tumbado en la alfombra de su sala, cantando canciones de Robert Johnson con un grado de ebriedad sorprendente a pocos minutos de haber vomitado. Solo y sucio.

¿Pero se lo había buscado, no es verdad? , pensó con una sonrisa amarga. Louis le había dicho eso en alguna de esas noches que Harry le llamaba en las madrugadas con la esperanza de que regresara.

Louis. A la mierda con él.

Empezó a repasar los acontecimientos del día anterior. El divorcio se había ejecutado el día de ayer por la mañana, después de...¿seis, nueve meses? Pff, ni siquiera lograba recordar. Sólo sabía que tenía que hacerlo si no quería enfrentar una nueva demanda por evasión fiscal.

Había llegado media hora antes a la oficina del juez con su abogado-manager-mejor amigo-lazo a este mundo por los últimos meses, Niall Horan. El hombre de treinta años se había tomado el rol de su cuidador. Se encargaba de llevarle comida, de hacer la lavandería por él y llevar el proceso de... de su divorcio.

Harry no tenía como pagarle y Niall lo sabía, pero seguía ayudándole por alguna razón.

Niall se veía radiante con su traje bien planchado, cabello recortado y limpio. Sano y feliz. Por el otro lado, Harry parecía un muerto semi-viviente. Su cara empezaba a tornarse gris por la suciedad, su cabello volvió a ser largo pero para nada cuidado o limpio. Sus ojos estaban hinchados y rojos por las lágrimas derramadas la noche anterior y el poco sueño que se había tenido. Y por primera vez en semanas, estaba sobrio.

Love Too Much. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora