Friends. Part II.

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Tener a Louis a unos cuantos centímetros de distancia era algo nuevo para él. Podía escuchar sus ronquidos a pesar de que la lluvia continuaba afuera y tal vez con más fuerza que antes. No había podido pegar un ojo desde que su cabeza había tocado su almohada y eso había llevado a un nuevo nivel de insomnio donde su mente había empezado a pensar tonterías.

No tonterías nivel: ¿Dónde estará ese suéter...? O el tipo de tonterías que la gente pensaba cuando tenía insomnio. Las suyas eran un nivel : ¿Recuerdas esa electricidad y ganas de querer hacer pipi cuándo Mallory Roberts te invitó a su fiesta de cumpleaños y después te tomó de la mano toda la fiesta? Sí, eso es igual a todo lo que estuviste sintiendo todo el día. Con Louis. Con tú mejor amigo. El cual es un hombre que le gustan otros hombres. Hombre, estabas de acuerdo con eso. ¿Ahora te gustan los hombres?

¿Qué? No.

No le gustaban... Era estúpido, o sea. El sentimiento era demasiado, demasiado parecido pero no era igual. A él le gustaba Mallory en ese entonces. Mallory le hacía sentir su rostro arder ante el más mínimo contacto e intercambio de palabras, y su estómago siempre estaba caliente como si quisiera hacer del baño pero Louis le provocaba... Algo casi similar.

Se dio la vuelta en la cama, al fin observando la espalda de Louis.

Louis era su mejor amigo y la persona que más apreciaba en todo Glasgow. No era lo mismo.

Pero a pesar de estar seguro de que no le gustaba Louis; se levantó de la cama. Con extremo silencio bajó las escaleras, temiendo que su abuelo lo escuchara o peor; que estuviera despierto. Pero no había nadie abajo o se veía rastro humano afuera, y esperaba que el sonido de la lluvia cayendo fuera suficiente para arrullar a todos en esa casa o al menos cubrir los posibles ruidos que hiciera.

Como si fuera un ladrón allanando su propia casa, miro para todos lados y hasta que no estuvo completamente seguro de que nadie estaba despierto, se sentó frente a la computadora. Rezaba a todos los dioses que había maldecido antes que lo ayudasen y que cubrieran el sonido del CPU encendiéndose. Nunca bajaba o salía de su habitación de noche, pero al parecer la rebeldía de la que Louis estaba hablando estaba saliendo a flote.

Un escalofrío le sacudió el cuerpo. El cursor del buscador parpadeaba y Harry seguía sentado con el corazón apretado y sus dedos temblorosos sobre el teclado. Intentaba pensar y convencerse que esto era estúpido y que regresara a su cama. Pero tenía que saber aunque no quería saber.

Así que tecleó varias letras muy lento para después borrarlas de inmediato y la misma acción se imitó cinco veces más hasta que lo hizo.

Me gustan las chicas. Pero creo que estoy teniendo sentimientos casi iguales por un chico. Y soy un chico. ¿Podré estar confundido o solo me dejé influenciar?

Claramente no había sitio alguno que tuviera la exacta respuesta a la pregunta más larga jamás hecha. Salieron muchos sitios religiosos sobre terapias de conversión, sin embargo. Prometían ayudarte a encontrar el camino y sacarte de las malas compañías. Harry sabía de los suicidios por esas terapias, así que por más desesperado que estuviera esas no eran una opción.

Siguió deslizando y encontró más hipocresías que ayuda hasta que recordó ese blog del que se había estado informando y que tenía anécdotas sobre personas homosexuales de sus descubrimientos propios. No es que estuviera descubriendo nada.

Buscó un rato por la página con su corazón sumergido en preocupación. Su vista empezaba a cansarse y la lluvia no paraba. Entonces cuando decidió dejar el maldito tema por la paz, su vista se encontró con ese encabezado.

Mejores amigos.

No había nada más, solo esas dos palabras. Su dedo hizo click de inmediato.

Love Too Much. [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora