✿LOVE OF MY LIFE✿ ♡NI-KI♡

ෆCAN WE GO HOME?ෆ

Era una noche cualquiera, esperabas tranquilamente sentada en tu cama. Era casi la 1 de la mañana, era raro tu novio siempre te hablaba cuando salía de la agencia o de sus prácticas, pero ese día no lo había hecho. Pensaste que tal vez había regresado tan cansado a casa que se le olvidó, convencida de esto decidiste por fin descansar, pero justo cuando empezabas a conciliar el sueño, recibiste una llamada de Heeseung. Contestaste questionandoté que había pasado pero en el instante en el que contestaste escuchaste la preocupada voz de Heeseung que rápidamente te dijo:

-Estas con Ni-ki?? No ha llegado a casa, y no contesta mis llamadas o mensajes-

En seguida pensaste en el lugar donde sabías que estaba, faltaba 1 mes para su próximo comeback y solía esforzarse de más, así que solo le contestaste a Heeseung que no sé preocupara sabías perfectamente donde se encontraba, colgaste, tomaste una sudadera, justo de Ni-ki, la acababa de lavar pero seguía oliendo a el, y ese color negro simplemente lograba hacer que te acordarás cuando el la usaba, simplemente amabas esa sensación de comodidad que te daba, después de eso, saliste directamente a la empresa.

Estaba haciendo frío, pero, por suerte la empresa no quedaba tan lejos de tu casa. Todos dentro la empresa ya te conocían y sabían la razón por la que ibas, subiste al quinto piso ya que ahí se encontraba la sala de prácticas asignada a los chicos. Conforme te ibas acercando escuchabas cada vez más la música hasta que te quedaste parada fuera la puerta viendo como Ni-ki practicaba con mucho esfuerzo una coreografía.

Entraste con mucho cuidado al lugar ya que no lo querías desconcentrar o asustar, pero en el momento en el que entraste, este logro ver como caminabas hacia el por el reflejo del espejo. Confundido te volteo a ver, era muy tarde y solo se podía preguntar ¿Qué hace aquí?, pero todo se fue de su mente cuando sintió tus brazos rodeando su cintura y tu cabeza recostarse suavemente sobre su pecho, así que no logro resistirse, simplemente logro hundirse en la comodidad de tus brazos y el calor de tu cuerpo. Aunque no podía evitar pensar en lo tierna que te veías con tu cara cansada por la hora, con su sudadera que te quedaba enorme y siempre que te abrazaba era inevitable no comparar sus alturas, aunque estabas muy orgullosa de ese 1,55, el lo hacía parecer 1,30.

Cansada por la hora, solo pensabas en llegar a casa entonces casi inmediatamente le preguntaste.

-¿Podemos ir a casa?