domingo 11 de abril de 2017 8:00
Me despertaron para tomar una ducha, el agua esta helada. Me llevaran a ver a mi madre y a mi hermano. Tengo miedo. Apenas pude dormir por culpa del remordimiento.
Todavía me siento un poco tranquilo. Sonará fantasioso, pero sigue siendo mi familia. No me abandonarían. Al menos eso quiero creer.
Ya llegamos. La habitación de Nathan.
Tengo miedo.
El mismo rechinar de la puerta. Lo veo. Sentado al borde de la cama. No se inmuta. Solo está sentado, con la mirada perdida en el suelo. Nuevamente estoy llorando.
-¿N-Nathan? - No puedo verlo a la cara.
- Aleck... ven aquí.
Tengo miedo.
Entré en la habitación, cerré la puerta de tras de mi y me acerqué a Nathan.
- Aleck, yo...tengo miedo.
¿Qué?
- Yo...- otra vez estoy llorando- Nathan, yo...lo siento... de veras lo siento.
-¿Qué?, ¿por qué te disculpas?, no es...tu culpa.
Los llantos dentro de esa habitación se hacían cada vez más fuertes.
-¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?...
-Aleck, cálmate...
-¿POR QUÉ?... ¿Por qué soy tan patético?
-Aleck, no lo eres; No fue tu culpa. Todo va a estar bien. Yo, te protegeré; lo prometo.
-P-perdón, por favor...perdóname.
-No te disculpes, está bien.
-Gracias... Nathan.
-No es nada.
Familia. A esto se refiere. O al menos eso creo.
Ahora iremos a ver a mi madre. Se me revuelve el estomago. Algo me dice que esto no irá bien.
Fin del capítulo 4.

YOU ARE READING
DESTINA2
FantasíaUna guerra, un amor latente, un imperio caído, recuerdos perdidos y una llama ardiente. Estos chicos tendrán que reencontrar sus alas para volver a volar, para volver a luchar y, sobre todo, para volver a amar.