Lunes 24 de Agosto 2021 7:30
Es hora de irme, estoy listo. Mi hermano va tarde, de nuevo... pero es tarde, me iré sin el. Si el quiere llegar tarde el primer día, que se joda. Tomo mi mochila y me propongo salir del cuatro. Antes de cruzar la puerta me observe en el espejo: el uniforme nuevo, la corbata torcida, el cabello hacia atrás, las ojeras; parezco un idiota. Finalmente salgo de mi habitación y bajo las escaleras. Cruzo la sala de estar para llegar a la cocina; en la mesa encuentro dos platos con pan tostado, uno con mermelada y otro con queso. Tomo el de queso y le doy un mordisco. A de más hay dos bolsas de papel con post-its, tomo la que tiene mi nombre. "Disfruta tu primer día". Arranco el trozo de papel y lo boto a la basura. Finalmente me dirigí a la puerta principal y salgo de la casa.
Es un día tranquilo, nublado pero cálido; no parece que vaya a llover. Miro el gran árbol que crece en nuestro patio; sus hojas verdes se mecen con la brisa, y de una de las ramas más gruesas, cuelgan dos columpios de madera; las sogas están desgastadas y cubiertas de astillas. Hace años que no se usan. Mi padre solía columpiarme tan alto, que casi podía tocar las hojas. El recuerdo me causa un sollozo en la base del pecho. Continúo avanzando. El colegio esta algo cerca, así que no tardare mucho en llegar. Espero parecer lo suficientemente jodido como para que nadie se acerque a hablarme. Nunca he sido muy sociable; ese es mi hermano. Todos son sus amigos; si no lo eres, tienes problemas. Espero no parecerme demasiado a el. Estoy por llegar. Mientras avanzo empiezo a ver a los otros estudiantes. La escuela es bastante permisiva en cuestión a la vestimenta; mientras siga siendo el uniforme y no sea demasiado corto, los alumnos tenemos permitido hacerles las modificaciones que queramos; una mierda sobre la individualidad o algo así. Por mi parte, yo no le he hecho ningún cambio a mi uniforme, solo llamaría la atención; sin embargo no descarto la idea de un cambio a futuro.
Tal vez llame la atención, a pesar de ser el primer día la mayoría vienen en grupos. Algunos me miran de reojo y cuchichean entre ellos; parece que soy el bicho raro y solitario. En mi otra escuela no era precisamente así; tenía amigos, no tantos como mi hermano, pero suficientes. Un buen día los hijos de puta dejaron de hablarme. No importa, en estos momentos ellos deben estar en camino a la publica de Hill Valley. Eran unos idiotas, recuerdo que un verano la madre de Eduard me lo dejo en la puerta de mi casa, ella me pidió que lo ayudara a estudiar; Ese año sus conclusiones fueron mediocres. Ese verano descubrí que no era heterosexual.
Mi mente a divagado tanto que no me doy cuenta, estoy frente al portón del colegio. Respiro hondo, desde el fondo de mis pulmones. Meto las manos en mis bolsillos y cruzo la entrada: el campus es enorme. Los edificios están pintados de azul acero y blanco. Los jardines son grandísimos, el pasto es verde a morir, los arbustos están podados prolijamente, también hay unos cuantos de hortensias azules y otros tantos de abelias. Los caminos entre los campos son de ladrillo gris y te dirigen al edificio principal y las canchas.
Ya estoy aquí, aula 208. La puerta es de madera caoba con perilla de aluminio. Al abrirla los alumnos que han llegado antes que yo me observen desde sus bancas. Entre las miradas una en especifico me llama la atención; unos grandes ojos negros que brillan como estrellas, tiene pecas en las mejillas y sedoso cabello color menta que le cae sobre la frente, es un Ángel. Nota que lo estoy viendo y aparta la mirada, yo hago lo mismo. Me siento al fondo al lado de la ventana. Las mesas tienen espacio para dos personas; inevitablemente tendré un compañero de banca, espero que no me hable demasiado.
Pasan unos minutos y entonces, "BANG", alguien abre la puerta de un portazo; todos, incluyéndome, nos sobresaltamos y volteamos a ver. Una chica se aferra a la perilla de la puerta, manteniéndola abierta, respira rápidamente por la boca mientras analiza sus alrededores. Es una chica alta, su tez es clara y un poco bronceada, desde aquí puedo ver el sudor que cae por su frente, sus rasgos son finos y muy femeninos, su cabello esta teñido en distintas tonalidades de morado y atado en una coleta con un listón amarillo al lado de su cabeza, su uniforme tiene bastantes modificaciones: el corbatín verde agua fue remplazado por un listón rojo hecho un moño, el sweater azul oscuro tiene un bordado de hojas y flores bastante bien hecho, su falda tableada tiene el mismo patrón de plantas, tiene medias de red abierta y botines de cuero negros con un montón de hebillas y cierres. Por el mechón con forma de corazón que flota sobre su cabeza, puedo decir que es una Lovely.
Sus ojos se posan en mi por un instante, yo desvío la mirada. "Por favor que no se siente aquí". Muy tarde. Sus ojos ahora están viendo la banca a mi lado. Vuelve a mirarme y su expresión cambia. Tiene el ceño fruncido y una gran sonrisa en su rostro. Da miedo. Se abre paso entre las bancas y en menos de un minuto ya está aquí.
-¡Hola, compañero de banca!
Se sentará aquí, ¿cierto?
- Hola...
-Ay, que suerte, pensé que venía tarde.- Dijo al tiempo que tomaba asiento.
-¿Por eso la entrada dramática?- "No tengo razón para ignorarla", pensó .
- Sí, algo así.- soltó una carcajada.
Je.
Con que esto es un primer día, ¿eh?
Fin capítulo 6.
YOU ARE READING
DESTINA2
FantastikUna guerra, un amor latente, un imperio caído, recuerdos perdidos y una llama ardiente. Estos chicos tendrán que reencontrar sus alas para volver a volar, para volver a luchar y, sobre todo, para volver a amar.