✦ᏞᎪᎷ❘Cuando la familia Cullen decide buscar ayuda entre su clan
amigo, los Delani, para pelear contra Victoria, pareja del nómada
James y estos terminan rechazando ofrecer su ayuda, lo que menos
se imagina el Clan Cullen es que días después recibir...
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narra edward
Los lobos ya se habían marchado y con eso se había acabado el entrenamiento, Bella se había acercado a Jasper para preguntarle algo, pero no presté atención, mis ojos estaban sobre la pelirroja de ropa negra que hablaba o más bien regañaba a Cassandra, quien sin importarle el tratado -Aunque este no le afectaba por ser una impronta-, cruzó la línea solo para despedirse de Seth, algo que había hecho enojar de alguna forma a Adeline, ya ella sabía que aunque la pelinegra fuera impronta de uno de la manada, ninguno de ellos parecía muy de acuerdo con que una vampiresa saliera con un lobo, por lo que había leído en la mente de Adeline, no confiaba en que alguno de ellos no fuera a atacar a su amiga.
— Si se te ocurre volver hacer una locura como esa, seré yo quien te ataque y no los lobos —dijo Adeline mientras golpeaba consecutivamente el hombro de Cassandra.
— Ellos no pueden atacarme Line —hablo Cassandra, quien tomó la mano Adeline evitando que ella la siguiera golpeador y volvió a hablar—. Soy una impronta, aunque su mayor deseo sea dañarme, ninguno de ellos puede.
— Cassandra López, te recuerdo que ninguno de ellos están muy de acuerdo con que TU —recalcó y luego señaló a la pelirrosa que se encontraba burlándose de Emmett—. o Hanna, sean las importas de dos de sus integrantes, dime Cass ¿Como estamos seguras de que no te van a hacer daño?, a Hanna ellos ni la miran porque de alguna manera "rechazo" la imprimación, pero tú no, lo que Seth y tú hacen es hacer el lazo más fuerte y eso a ellos no les gustará para nada y al consejo menos.
— Tú sabes mucho, estoy segura que evitarás que me hagan algo —hizo una pausa para pensar—. Ellos no podrían sobrepasar una de tus ordenes, si tan solo usaras el poder que Eph-
— Cállate —chillo Adeline cuando vio que yo las miraba, la pelinegra la miró sin entender y con la cabeza mi compañera señaló donde yo estaba.
— He chismoso, deja de vernos —pensó Cassandra ocasionando que yo la vea mal, lo que provocó la risa de esta.
Estaba dispuesto a ir hacia Cassandra cuando la voz de mi Tua Cantante me detuvo.
— Edward —dijo la castaña mientras se acercaba a mi y dejaba su mano sobre mi hombro—. Ya podemos irnos.
— Ja, para la próxima Eduardo —volví a escuchar los pensamientos de Cassandra en mi cabeza pero cuando mire a hacia donde tanto ella y Adeline habían estado hablando, ninguna de las dos se encontraba ya ahí.
. . .
En el camino a la casa de Isabella sólo pensaba en una cosa, su sangre, era como al principio cuando ella llegó a Forks, la sangre de ella me cantaba de una forma espeluznante, no me sentía bien, sentía que en cualquier momento la atacaría y eso me asustaba de alguna forma.
