Capítulo 4

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"No importa cuál se el orden en el que vallas... El destino nunca se equivoca. Todo llega. Todo pasa. Todo tiene su proceso...

Ten paciencia"

.I.


Tenía que ser una jodida broma. Más que una broma, una ilusión. ¿Tanto se alteraba por aquel Omega masculino?, ¿tanto su Alfa le emocionaba conectar con él? Y aun peor, que se encontrará en la misma empresa que él?

¿Es el destino?

— Presidente Bakugo —Enji ya no tenía paciencia, su aroma delataba el estado de ánimo en el que se encontraba.

— Bakugo-Sama —Momo estaba muerta de miedo, era una Alfa, sí. Pero no pertenecía a un linaje puro por lo que se alteraba y pronto sería sometida por el aroma dominante del presidente Endeavor.

Katsuki no prestaba atención a sus llamados, estaba perdido en aquella escultura apreciando las rosas en el jardín. Sus manos tocaban los capullos rojos y su nariz absorbía esa esencia tan exquisita que desprendian. No lo dudó y su Alfa fue más rápido que él.

— El contrato se cancela Enji —sentenció de manera seca una vez depositó la taza de café sobre la mesa, Enji le miró desconcertado y sorprendido mientras veía al menor levantarse bruscamente de la silla.

— Espera Bakugo —trató de detenerlo pero Katsuki ya se encontraba de camino a la salida con Momo siguiéndole el paso.

Un gruñido salió de sus labios al no haber realizado su cometido.

Por otra parte, Momo literalmente trataba de correr detrás del cenizo, no sabía que había pasado y si lo pensaba bien no entendida absolutamente el comportamiento tan bipolar de su jefe. Katsuki caminaba tan rápido que parecía que corría, sus zancadas eran grandes haciendo que Momo se le dificultara su seguida. No había manera, no perdería la oportunidad de verlo y nadie se lo iba a impedir ni mucho menos ese mitad mitad.

Ahora entendia por qué se había ido tan rápido, sabía que el menor se encontraba en las instalaciones. Entonces jugaría a ver quién lo encontraba primero y al parecer Katsuki salió vencedor. Sin esperar salió por las escaleras de emergencia, bajaba de una manera tan veloz que los tacones de sus zapatos resonaban, de un empujón salió dejando a varios desconcertados. Importandole menos localizó de inmediato el jardín, corrió hacia la salida en la espera de encontrarlo.

Y ahí estaba, ese sentimiento que había aparecido en su sueño. Ese sentimiento de ansiedad y desesperación, un sentimiento que no sabía cómo tomarlo pero ¡que mierda importaba!. Se detuvo junto a un pilar, su respiración era agitada y sus granates miraban de un lado a otro en la espera de encontrar aquella cabellera verdosa a la vista.

— Mierda! —maldijo al no localizarlo, se había marchado, ya no se encontraba en el jardín. Las gotas de sudor se deslizaron por su sienes, respiraba tan agitado y caminaba de un lado a otro sumido en la desesperación.

— Bakugo... San...? —esa voz.

Como un rayo se giró chocando con el menor provocando que retrocediera por el impacto y ahí estaba, ese pecoso sobrando su roja nariz por el repentino golpe. Jamás lo había visto tan hermoso, portaba unos jeans negros que marcaban sus piernas, una playera roja olgada y una chaqueta de cuero negra.

— Midoriya —susurró sin poder creerlo, su Alfa estallaba de la felicidad y él también.

— Bakugo-san, ¿se encuentra bien? —Izuku estaba curioso, luego de separarse de Du hermano intentó buscar una salida a la recepción pero se había entretenido con el jardín del lugar y justo sintió que lo observaban. Para cuando miró al ventanal del piso superior se topó con unos granates y luego desaparecieron tan rápido que lo hizo dudar si los conocía o no.

Te Encontré Entre Girasoles - Kätšüdëkü/ BaküdeküDonde viven las historias. Descúbrelo ahora