Capítulo 18

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El inicio de una nueva mañana no sonó del todo bien en cuanto se dio cuenta que no estaba solo, y es que había dormido tan poco que el dolor de cabeza más el tener a un Alfa tomando café a la maldita 4 de la madrugada usando el celular a todo volumen, claramente estaba encendiendo una bomba que podría explotar en algún momento.
Aunque el par de hot cakes más el tocino que llegó frente a él le impidió detonar. Inmediatamente esbozó una sonrisa que Jungkook logró ver de una forma muy sutil.

—Escuché de los cocineros que las cosas dulces son tu debilidad, de nada. —Le miró juguetón mientras le daba otro sorbo a su café amargo.

—Gracias, Jeon.

Y así empezaron a compartir sus comidas, conversando de cosas pequeñas como Jungkook contándole la vez que fue con su familia a pescar el día de su cumpleaños número 21, incluso le mostró una fotografía donde salía con el cabello largo y una sonrisa enorme en su rostro.
Jimin sonrió como auto reflejo al instante en que Jungkook le miró, hizo un atisbo de decir una palabra pero fue interrumpido por el estruendo de algo golpeando con firmeza la mesa en dónde estaban sus platos.

La reina había llegado frente a ellos, furiosa, y había dejado caer todo un periódico que al abrirlo pudo notar que en la portada estaba él sobre un caballo el día de su boda... Escapando, y con el título de "Príncipe de Spiraea, ¿Descubierto en adulterio?".
De pronto lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mientras leía palabra por palabra ese artículo que tan sólo denigrada su imagen insinuando que él había tenido una aventura y que por eso había escapado de su boda. Frente a Spiraea había quedado como nada más que un sucio Omega que traicionó a su monarca...

Cuando la realidad era otra, porque fue obligado a renunciar al amor de su vida.

Los reporteros no sabían una mierda, y su madre no ayudaba mucho mirándole de esa manera acusadora.

—Ahora todos los medios están hablando de ti, del príncipe Jeon, de todos, Jimin. Y espero estés listo a dar la cara y afrontar las consecuencias de tus actos.

—Esos castigos quedaron en el olvido, si crees que voy a dejar que me apedreen.

—No, Jimin —Rió— No, claro que no. Lo que vas a hacer es dejarme actuar y esperar a que suceda la boda civil.

¿Boda civil? ¿Se había vuelto loca?
Justo cuando quiso dar otra palabra, la mujer ya se había dado vuelta y había abandonado la habitación, dejando a Jimin desesperado por respirar. Jungkook obviamente preocupado hizo lo posible para calmarle y hacerle entrar en razón antes de devolverlo al lugar donde antes había estado tranquilo comiendo su desayuno.

Tomó el periódico y justo frente a él lo despedazó y lo tiró a la basura.

—Tu madre no tiene ningún derecho a atormentarte de esta manera. ¿Qué le sucede?

—Mi padre está enfermo, es normal que esté desesperada a que yo tome su puesto lo más pronto posible al no tener ningún hermano. Es mi responsabilidad después de todo y... —Hipó— Y mi pareja está en el hospital, en coma. Es agotador. —Se sinceró.

—Hmmm... —Sonrió— también oí por los cocineros que te gustan mucho los pastelillos, y que te apasiona pintar. ¿Qué tal si vamos a tu estudio y pintas algo? Te prometo que no veré nada.

—¿Ellos te dijeron eso? —Limpió sus lágrimas soltando una risilla.

—Así es, gracias a ellos estoy aprendiendo a conocerte. Y eso, mi querido Jimin, para mí es lo más importante.

Jimin sonrió con sus mejillas sonrojándose levemente ante tal comentario. Y finalmente accedió a tomar el pequeño pastelito que le había ofrecido y comenzar a caminar, no sin antes notar un delicioso aroma a moras que comenzaba a emanar del Alfa. Su lobo agitó su cola emocionado, y creyó que tal vez era porque retomaría uno de sus hobbies favoritos, o porque el pastelillo estaba delicioso.

Eso al menos fue lo que esperó creer.

Hasta que Jungkook tomó su mano y así caminaron hasta el estudio. Puerta tras puerta, incluso las escaleras que al bajarlas sobre ellos había un enorme ventanal que daba hacia los hermosos jardines. No faltó mucho para llegar al estudio y tomar su lugar mientras Jungkook estaba frente a él solo comiendo una manzana.
Estando ya frente a su lienzo ya preparado no pudo concentrarse al seguir sintiendo el cálido tacto de la piel suave del Alfa. ¿Le había dejado tomarle de la mano todo el camino?
Su lobo debió haberse estado volviendo loco para algo así.

Justo cuando su cuerpo se había decidido en dar la primera pincelada, vio como Jungkook mordía esa manzana y sus labios se amoldaban a la fruta de manera perfecta. Y eso le recordó demasiado a la vez que fueron a la playa y se besaron... Porque ahora estaba sintiendo esa misma sensación escalar por todo su cuerpo, terminando por sentir vividamente los labios del mayor contra los suyos, y sólo ese recuerdo le hizo marear.
Sólo se dió cuenta que su pecho había estado leyendo sin control alguno y que su respiración dependía de un hilo cuando escuchó aquella risa frente a él mirándole con esa cara coqueta. ¿Se había dado cuenta?

—¿Por qué me miras así?

—Es porque tienes una semilla en tu mentón, limpiate. —Concentró su mirada en la pintura otra vez y al verla se dió cuenta que todo ese tiempo a quien había pintado era al hombre enfrente suyo.

—¿Puedo ver tu pintura?

—Dijiste que no mirarías, ¿Recuerdas?

—Sí, pues... Será sólo un vistazo —Se levantó y rápidamente intentó burlar al rubio y sólo mirar un poco. Pero Jimin se levantó casi al mismo tiempo y se interpuso entre la pintura y él, ocultándola detrás.

Jungkook colocó ambas manos en el lienzo apresando al menor contra su cuerpo, teniéndole de frente tan sólo existía él en el mundo.
Ambos se miraron fijamente, Jimin un tanto nervioso por su cercanía. Cosa que en segundos fue reducida en la nada, ya que el contrario se había tomado el atrevimiento de robarle un beso de esa manera tan descarada. Y lo peor fue cuando él mismo se dejó, e incluso comenzó a corresponderle sin pensar en nada más.

Se separan una vez sólo para que Jungkook pudiese decirle que le gustaba su pintura porque había logrado su objetivo... Frente a él estaba el lienzo descubierto, revelandolo a él mismo comiendo esa manzana.
Pero eso ya no importaba, ya que al parecer besarse hasta robarse el aliento era mucho más importante.

—Eres un bobo —Jimin rió mediante un suspiro antes de darse la vuelta y huir de ahí antes de que el Alfa pudiese seguir con sus juegos.

Jungkook esa vez había ganado, ya que le tenía ahora frente al espejo de su habitación observando cómo había sido víctima de él... Ya que sus labios y mejillas estaban más rosadas de lo habitual, y ni que decir de su respiración.

Tightrope; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora