BACK TO BEACON HILLS

CAPITULO 1: EL REENCUENTRO.

  Tuve mucho tiempo para pensar en la gran mentira que le había soltado a Kyle y claro, en lo buena actriz que era. Llevaba meses planeando mi huida de la casa, para ser exactos casi un año. El plan empezó cuando Isaac se dispuso a contarme que el alfa que le convirtió era mi hermano Derek.  Isaac, el maldito y atractivo Isaac Lahey; un metro ochenta y ocho, tez pálida, ojos azules, pelo castaño claro. Lo conocí en una fiesta que dio Sabrina, el muy atrevido se coló en ella.

//Flash back//

Era el cumpleaños de Sabrina y encima caía en sábado, así que había enviado invitaciones a todos o casi todos los adolescentes de nuestra pequeña ciudad. Y bueno ahí estaba yo con mi mejor amiga, buscando algo que ponernos para la noche en el centro comercial. Había cosas bastante bonitas, pero según Sabrina no me podía poner eso en su fiesta. Al final Sabrina me obligo a cogerme un vestido azul oscuro era poco de mi estilo pero me quedaba bien así que acepte comprarlo. Sabrina había alquilado un local bastante grande y habíamos estado una semana preparando los decorados. A las once comencé a vestirme, me puse el vestido, los zapatos de tacón y el bolso, luego Kyle me llevo al local. Estaba claro que todos iban a beber y yo, aunque quisiera jamás me emborracharía pero igualmente preferí no llevar mi coche.  Al llegar al local, la fiesta aún no había empezado. Tras unos minutos la gente empezó a llegar poco a poco, hasta que se montó la fiesta. Había gente que no había visto nunca y nadie me hacía malas caras, al revés era la amiga de la cumpleañera así que era medio popular. Eran las cuatro de la mañana y ya me cansaba de los tacones, así que me fui a sentar a uno de los sofás. De camino al sofá me crucé con muchas personas pero solo una llamo mi atención, la atención de mi olfato. Hacía mucho que no sentía nada igual pero seguí mi camino. Al rato de estar sentada un chico se acercó al sofá y se sentó a mi lado.  El olor volvió. Él se acercó a mi oído.

-Sé que eres. -dijo.

-Lo mismo que tú, aunque yo no me he colado en la fiesta. -conteste, él sonrío.

-Soy Isaac. -dijo.

-Y a mí no me importa. -contesté sonriendo. Me levante y me fui a la pista de baile. Sí que me importaba había que decir que el chico era bastante atractivo. Pero gracias a mi carácter pasota sabía que el volvería a mí.  Y así fue, me siguió hasta la pista.

-No mientas. Estoy seguro de que hace mucho que no ves a uno de nuestra especie.

-¿Y  a ti que? -dije con descaro.

-¡Vaya que carácter! -dijo, yo me acerque a su oreja como pude porque era bastante alto.

-Es la forma de protegerme, no puedo usar mis garras. -susurre en su oído. Creo que quedo demasiado sexy, eso de susurrar al oído.  Y por la forma que me miro él también lo pensó. Quería seguir hablando con él así que salí fuera del local y él me siguió.  A la luz de las farolas pude verle mejor, era atractivo. -No eres de aquí. -le solté nada más salir.

-No, soy de Beacon Hills, pero llevo un mes fuera de allí. -contestó. El pasado siempre venía a mí. Decidí callarme y no contarle que también era de allí. -¿Y tú que haces aquí sin manada?

-Que no tenga manada no significa que no sea fuerte.  -solté. Sin que él pudiera hacer nada le hice una llave y lo estampé contra la pared; luego lo solté.

-Vaya. ¿De dónde sacas tanta fuerza? -pregunto Isaac sorprendido. No le contesté a eso, me tocaba hacer preguntas a mí.

-¿Porque te convertiste en hombre lobo?  -pregunte.

-Digamos que mi vida como humano era una mierda.  Así que cuando un alfa me pidió ser de su manada le dije que sí. -respondió. -Aunque más que nada el alfa me encontró a mí.