Capitulo 1

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―Si alguna vez has sentido algo por una persona ya sea un hombre o una mujer ― decía la voz del padre de Alberto en el desayuno mientras le servía un poco de jugo de naranja a su esposa ― E igualmente imaginado una historia junto a su lado hijo estás listo para leer esta linda historia.

El padre de Alberto le entrega a su hijo un libro. Alberto lo observó un poco e investigó de forma rápida acerca de este.

―Este es un libro LGBT papá ¿qué haces tú leyendo este tipo de cosas?

―Alberto el leer un libro de temática gay no te hace automáticamente en uno ― respondió su madre ― Además es un buen libro de autodescubrimiento. Así que dale una oportunidad.

―También lo leíste mamá ― preguntó el joven

―Digamos que el libro lo compro tu hermano y me lo prestó a mí ya después llegó a las manos de tu papá.

Alberto guardó silencio y comió un poco de su comida. No había pensado por una vez en su vida que sus padres leerían algo por el estilo, pero estaba equivocado. Verlos tan feliz como si fueran unos adolescentes ponía al chico un poco celoso. Ellos tenían una relación al igual que su hermano quien es casi diecisiete años más grande que él. Miro detenidamente el libro por un minuto dudando si lo leería o no.

―Es la historia de dos chicos, Aristóteles y Dante. ― dijo su madre.

―Sabes lo que te diré hijo mío, espero no lo tomes a mal ― agregó su padre ― es que te pareces mucho a Dante, pero con los sentimientos de Aristóteles hacia él.

―Ah bueno... ― respondió Alberto mientras movía su cabeza hacia un lado ― Cuando tenga tiempo lo leeré, pero ahora sigamos disfrutando de este rico desayuno.

La familia Zuarth Cervantes pasó un rato agradable durante el desayuno. Después de terminar Alberto lavó los trastes y sus padres metieron sus cosas al auto.

―Te esperamos en el estacionamiento ― dijo su madre mientras cerraba la puerta del apartamento.

Una vez en el estacionamiento su padre le lanzó las llaves directo en el pecho haciendo que dejara escapar un pequeño gemido. Agarró las llaves y se quedo viendo a su padre con una cara de ¿Qué mierda es esto?

―Te toca manejar.

―Bromeas verdad.

―No ― respondieron sus padres al mismo tiempo.

Alberto con miedo acomodo todo para arrancar el auto. Su padre fue de copiloto y su madre en la parte de atrás, aunque al inicio sería su madre quien iría adelante, pero en un piedra, papel o tijera se solucionó esto. Alberto mete la llave y el auto se enciende, checa si todo se encuentra en perfecto estado e intenta arrancar. En eso el auto se va de reversa de forma rápida y choca con una columna de su edificio haciendo sonar la alerta del carro y de otros que se encontraban en el lugar.

―Otra vez verdad señor y señora Zuarth ― dijo el guardia del estacionamiento.

―Sí Ramon ― respondieron los dos mientras se reían.

Apolo, el legado de una leyendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora