Capítulo 3

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Hola hola, queridos lectores de wattpad!

Muchas gracias por los votos y bonitos comentarios a la historia. Se los agradezco mucho mucho!!

Había comentado anteriormente que estaba atravesando por problemas de salud, estoy mejorando y dándome mis tiempos de descanso. ¡Muchas gracias por su continuo apoyo!

Les dejo el cap de esta historia, con mucho cariño y amor para todos ustedes!

Fans del PoseKoji, les toca en este cap!!

Espero sea de su agrado y nos leemos en las notas finales.

A leer!!!!

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Eros pensaba que su día iba a mejorar después de haber obtenido su primer sello y tras haberse ganado el respeto del dios más poderoso del panteón nórdico. Pero no, ahora su abuelo Poseidón, el tirano más sexy y terrible de los mares, estaba allí para pedir sus servicios como dios del amor. Había un dicho que decía "Dios les da sus peores batallas a sus mejores guerreros"... ¡Con él se había ensañado! ¡Ya ni Hera cuando mandó a su hermano Hércules a hacer sus trabajos!

-A-Abuelo...

-Hora de nadar, mocoso.

Eros chilló cuando vio a Poseidón invocar un vórtice de olas sin soltarlo y a sus ovejas ser arrastradas hacía allí. Tragó saliva cuando se montó a su carro y sus caballos pronto relincharon para emprender carrera y arrojarse al vórtice. El pequeño dios contuvo la respiración al estar rodeados de agua, adentrándose en los dominios del dios de los mares. Poseidón resopló al ver a su pequeño sobrino ponerse morado, rodeó los ojos y le metió una perla que sacó de su traje a la boca. Eros pudo respirar dando fuertes exhalaciones y tosidos, para recuperar el aire.

-Olvidaba el castigo impuesto. Zeus exageró.-se encogió de hombros-Bueno, después de haberlo dejado seco como una pasa con esa diarrea y vómitos...Qué bueno que la fiesta no fue en mi palacio, sino...le estarías haciendo compañía a esa estúpida de Eris.

Una vez que arribaron al palacio marino de Poseidón, este soltó a Eros apenas pudiendo aterrizar sin caerse. Después lo siguió detrás junto con sus pobres ovejas quienes eran presas de las miradas feroces de los animales marinos, escapando de las mordidas de unos cuantos tiburones. El pequeño rubio veía a su abuelo ir todo elegante, poderoso, imponente y empoderado camino a su trono, para después sentarse con toda la dignidad y un porte de un rey. Maldecía a su abuelo en su interior: muy egocéntrico, orgulloso, mandón y mamón, pero guapo, sexy, erótico y más condenadamente sabroso que los tacos al pastor (o una buena y helada cerveza en un día de calor).

Le cayó el veinte después y se inclinó con respeto: estaba ante el dios de los mares, soberano de los mismos, y una de las tres deidades principales del panteón griego, así que debía rendirle sus respetos debidos.

-¿C-Cómo puedo s-servirle, a-abuelo P-Poseidón?

El aludido le miró con desinterés, ladeando su cabeza y posando una mano debajo de su barbilla. Un pequeño delfín se posó en su regazo a esperas de que el dios le hiciera algunos mimos, cosa que hizo instantes después. Eros vio esto y contuvo una sonrisa: Poseidón era terrible ante los demás dioses (hacía que su padre Ares se hiciera pipí cuando lo regañaba), pero ante sus criaturas marinas era una masita de mazapán.

-Eres la deidad del amor, me resulta ilógico que no sepas para qué te he llamado.

Y allí comprobaba que su actitud de mierda no se iba del todo.

El stand del dios del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora