Capítulo 6

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Hola hola mis querid@s lectores!!

Espero lo estén pasando genial. Les deseo desde el fondo de mi ser que tengan una bonita navidad, que todos sus sueños y metas se cumplan para este nuevo año y sean muy felices.

Como siempre, les agradezco mucho su firme y constante apoyo a mis fics con sus votos y comentarios. ¡Los amo! ¡Son los mejores!

Aparte de esto, es mi cumpleaños. Así que como regalo para mí y ustedes les traigo la actu de este fic. ¡Espero les guste su regalito navideño! ¡Se partirán de la risa tanto como yo lo hice mientras escribía! ¡¡Es un cap súper largo!!

Fans del Apolo x Simo, es su cap!!

A disfrutar de la lectura!!!

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-Vamos, Eros, no has probado el vino.-el rubio apuesto le miró con una ceja alzada-Me lo trajo Dioniso apenas ayer. Es edición especial, con uvas regadas por los manantiales del tío Poseidón.

-...No lo quiero.

El pequeño Eros veía con sospecha a su tío Apolo, luego de que este se lo llevara apenas arribara cerca del puestito, junto con su par de ovejas. Durante el camino, las ovejas se fueron del lado del apuesto dios, dejando de lado a su dueño quien las veía con la más alta de las traiciones. Al arribar a la isla de Delfos, las musas les recibieron con música y canticos al igual que otros sirvientes y ninfas. Parecía que recibían a una celebridad y así era: Apolo era el dios más popular del panteón griego y casanova, además de tener mil y un títulos.

Le llevó a sus aposentos donde los sirvientes les esperaban con aperitivos y vino, mientras le dedicaban miradas algo raras al pequeño dios. Las ovejas volvieron con él después de que Apolo les indicase eso, puesto que descubrió que se fueron solo para comerse las hojas de sus vestiduras y ahora las dejaron mochas.

Eros no era tonto: sabía por qué motivo su tío había requerido de su presencia.

-Te ves desconfiado, Eros.-Apolo le miró dándole un sorbo a su vino-¿Temes que te haga algo?

-Desde luego, tío.

El rubio mayor le dedicó una mirada serena con un atisbo desconocido, cosa que Eros notó y le hizo titubear. Después de todo, ellos tenían su historia y no habían estado en buenos términos desde entonces.

-Bien pudiera hacerlo, pero necesito de tus servicios... Te recuerdo que no puedes negarte.

En esos momentos, Eros maldecía a Zeus por imponerle esa maldición y castigo. No quería estar en presencia de Apolo, tenía miedo de que su tío le pudiese hacer algo. Aun no le perdonaba el haberlo maldecido hace mucho tiempo, pese a lo que hizo. Después de todo, él también tenía culpa y no podía quitársela de su mente.

-E-Está bien.-el pequeño cerró los ojos abrazándose a sus ovejas-D-Dime qué puedo hacer por ti.

Era oficial: hasta allí había llegado.

-Quiero que retires mi maldición.

¿Eh?

-¿Qué? ¿Cómo?

-Como lo oíste, Eros, quiero que retires mi maldición.-Apolo lo veía con la cara roja y desviando la mirada-También quiero que me ayudes a conseguir una pareja, pero primero quita la maldición que me impusiste hace muchos siglos.

El stand del dios del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora