Y somos tan distintos, tu mar, yo fuego. Eras el hielo que derretía con los dedos.
Dos conocidos a dos vértices, desconocimos lo que pudo pasar y ves, como se nos paro el corazón pero no la cabeza, cada vez pienso más con leer cada una de tus letras. Porque ojalá volvieran las buenas noches, no se puede tomar por buenas si no te las da quien quieres.
"No me busques que me pierdes." Decías, te busco por cielo y tierra si así consigo de nuevo lo que tenía.
Perdí sin saber jugar al escondite, no pude encontrarte y mis brazos se sienten desnudos rodeados de alambres.