Omega | Vhope

O4

Capítulo cuatro

Taehyung

Visualice a Jimin tomando diferentes tipos de comida de la mesa central. Un aroma a chocolate dulce llegó hasta mis fosas nasales, demasiado empalagoso para mí gusto. Una presencia se situó a mi lado, lo miré de soslayo sin tener la intención de iniciar una conversación.

—Hola —saludó el gamma. Su rostro era joven, más que mi primo, sus cabellos castaños resaltan el color oscuro de sus ojos.

—Hola.

—Soy Soobin —su mano se extendió hacia mí en un saludo, moví mi cabeza un poco con la intención de encontrar oxígeno libre de su aroma.

—Taehyung —dije, aceptando su saludo. No tenía nada en contra de los gammas, mi primo es uno, me había acostumbrado a él pero el aroma de este gamma era demasiado dulce, extremadamente dulce.

Su mano no soltaba la mía, su aroma comenzaba a darme dolor de cabeza y cuando busque a Jimin en el buffet, él ya no estaba ahí. Safe mi mano de la suya en un movimiento un poco brusco, sin la intención de hacerlo de ese modo, pero, debía buscar a Jimin.

—Lo siento, debo irme —la expresión triste en su rostro me dieron un vuelco en el estómago, trayendo recuerdos a mi mente—. Fue un gusto conocerte Soobin.

Camine hacia el buffet, el último lugar en el que ví a Jimin, no lograba detectar su aroma y mi cabeza comenzaba a doler fuertemente. Había creído que el aroma de Soobin era el causante del dolor pero éste se hacía cada vez más fuerte conforme caminaba. Busque a Jimin por mi alrededor, betas y omegas me miraban desde sus lugares.

Algo dentro de mí rasgaba mi interior, comencé a sudar frío y mi vista se comenzó a desenfocar. En ningún lugar ví a mi padre o a la madre de Jimin, el aire en mis pulmones se me estaba yendo a pesar de estar al intemperie. Disimule mi mareo, con pasos largos llegué a la parte trasera de una casa, supuse que era la casa de Min. Me recargue en la pared tocando mi pecho, por encima de mi ropa, mi corazón estaba demasiado alterado.

¿Qué carajo me pasaba?

Una cabellera rosada se apareció enfrente, con dificultad enfoque el rostro del gamma.

—¿Dónde estabas? —gruñí intentando mantenerme en pie.

Todo me daba vueltas.

—Algo raro me pasó —confesó con vergüenza, su rostro se mostró preocupado cuando me deslicé por la pared hasta llegar al suelo. —¿Qué sucede contigo?

Moví mi cabeza de un lado a otro, sin poder hablar.

No sabía que me sucedía, esto era nuevo, tanto que comenzaba a asustarme. Sentí que Jimin se colocaba a mi lado, su aroma era distinto algo había cambiado en él, un dolor fuerte se instalo en la boca de mi estómago. Jadee en busca de oxígeno, la mano del gamma se posó en mi frente.

—Estas ardiendo en fiebre —comentó el gamma—, ¿Puedes controlar tus feromonas? Comienzan a asustarme.

Tragué saliva antes de hablar, incluso eso se me era imposible.

—Lo lamento, no puedo —confesé con dificultad. Un gruñido salió de lo más profundo de mi garganta lleno de dolor cuando sentí como algo salía en mi interior. Me paralice al sentirlo. Mire a Jimin con miedo, él me miraba de igual manera.

Mi lobo había salido. Mi lobo volvía a estar presente en mi interior.

¿Cómo era eso posible?

Bear, como habían llamado a mi lobo, se había ocultado de mí desde hace años, después de que murió nuestro omega él jamás volvió a salir. Ahora, Bear volvió a mí, pero, ¿Por qué?

—Namjoon —le dije a Jimin, me miró sin entender—, Llama a Namjoon.

No bastó más de cinco segundos en los que ví como el gamma corría lejos de mí en busca del alfa, respiré con dificultad. Mi lobo golpeaba en mi interior queriendo salir, pero me resistí. No podía transformarme aquí, no en medio de Dagust, ellos no lo tomarían para bien.

Intenté ponerme de pie pero Bear golpeó en mí, un dolor en mi pecho fue suficiente para quedarme en el suelo. Quise gritar por ayuda, pero tampoco era posible emitir más allá que gruñidos y quejas. Necesitaba irme de ahí. Tenía que irme de Dagust pronto.

Omega. Omega. Omega.

Mi respiración se atascó en mi garganta al escuchar a Bear. No. No podía ser cierto. Negué para mí, esto era a causa de la fiebre, estaba alucinando, eso era todo. Yo estaba seguro que todo era producto de mi imaginación, un fuerte viento sopló sacudiendo mi ropa y cabello, un aroma me atrapó.

Omega.

Aquella palabra de mi lobo fue el último recuerdo que tengo antes de desmayarme. No supe en que momento llegó Namjoon, tampoco se como fue que llegue a la habitación de invitados en la casa de Min.

Lo que sé es que llevaba un par de días aquí, dos días en los que mi lobo no paraba de gritar "Omega". Estaba agotado, mi cuerpo no respondía a mis órdenes y Bear mucho menos. A todas horas se la pasaba rasguñando mi interior, queriendo salir y tomar el control de mi cuerpo. Era una lucha que consumía toda mi energía.

—Traje tu comida —Soobin. El gamma con olor a chocolate había estado estos días pendiente de mí. Iba y volvía cada hora de la comida.

—Gracias —murmuré desde la cama. Me senté con ayuda de él y acercó la pequeña mesa a mí.

—Debes terminar todo —indicó con seriedad, como si le estuviera hablando a  un niño pequeño.

Lo miré detenidamente. Su aroma siempre se intensificaba a mi alrededor, la mirada que me dedicaba no me gustaba en lo absoluto, porque esa mirada la había visto muchas veces en mi vida y nunca terminaba bien. No quería lastimarlo. En cuanto me recuperará me iría de Dagust y no volvería.

—¿Interrumpo? —la voz de Namjoon asustó a Soobin—  No quise asustarte. Necesito hablar con Taehyung.

El aroma de Soobin cambió a uno agrio, no sabía si lo hacía con intención o no.

—Tae no está en condiciones de hablar —le dedique una mirada llena de desaprobación, claramente no estaba gustándome que se diera libertades que no le corresponden.

—Está bien Soobin. Tengo asuntos que resolver con él.

Soobin no cambio su aroma pero se retiró de la habitación casi refunfuñando.

—Ese gamma ya te reclamó como su alfa —comentó Namjoon con burla.

—No digas tonterías —gruñí—. ¿Por qué aún no puedo irme?

Namjoon se acercó, cogió un pedazo de carne de mi plato de comida y se la llevó a la boca.

—Primero, no puedes, mírate no puedes ponerte de pie tú solo —emití un rugido de enojo ante su clara diversión—. Segundo, tu padre dijo que era mejor mantenerse aquí y que algún médico te revisará.

—Ya lo hizo y no me respondió cuando pregunté sobre lo sucedido —Namjoon asintió tomando un trago de mi bebida—. ¿Tú sabes algo?

El alfa dejó de comer ante mi pregunta, no fue necesario exigirle la verdad. Namjoon me era fiel, no solo como su Alfa sino como amigos.

—Ella mencionó algo sobre un efecto mate, lo que sufriste fue una clara señal de que tu lobo encontró a su omega —se mantuvo en silencio unos segundos antes de hablar—. Le dijimos que eso era imposible, ya que después de lo que pasó tú lobo se encerró y no volvió a salir.

Imposible. Eso había pensado hasta ahora.

—La beta que te revisó dijo que mientras tu lobo siga vivo, buscará a su pareja y cuando la encuentre hará lo imposible para estar con ella. Por ello tu fiebre y mareo, tu lobo quiere ir a buscar a su Omega.

—Eso significa que mi Omega está vivo, de nuevo —susurré. Namjoon asintió. —Y está aquí.

—Tu Omega está en Dagust.