Porque en el amor nadie decide. (SasuNaru)

Cap 3. la pequeña misteriosa

-¿desea un poco más de té, mesie Lucas?- pregunto la joven pelinegra, agudizando la voz más de su tono común mientras sostenía una pequeña tetera en una de sus manos; la otra, sostenía a una pequeña muñeca de trapos con ojos de botón algo desgastada.

-sería mi más grande placer, señorita trapos- respondió "él", con una extraña pero cómica y refinada voz grave. Shizune rio levemente, se levantó y sirvió un poco de "te" en la tacita que tenía en las patas el oso.

-me parece un poco raro que sasuke-kun haya tenido que jugar con esto cuando pequeño. Según escuche, la madre de él estaba tan entusiasmada e ilusionada con una niña que compro todo tipo de juguetes y utilidades para una bebe. Grande debió ser su sorpresa al ver que no había salido niña- dijo la niñita con una sonrisa pequeña. Naruto se sintió levemente mareado, el refinado vocabulario de la niña y la sabiduría que poseía para su edad le hacía preguntarse si la pequeña disfrutaba verdaderamente y como debía de su infancia. Después de su duda mental, cayó en cuenta del gracioso comentario de la joven y no pudo evitar soltar la carcajada que salió de sus labios.

-ya me imagino yo a sasuke con vestido, daría lo que fuera por verlo así- dijo, retirando las pequeñas lagrimas que habían escapado de sus ojos. Naruto se levantó un poco cansado de su anterior ataque histérico de risa, deslizó sus manos por sus pantalones para retirar cualquier tipo de polvo que pudiera impregnarse en su ropa y ofreció su mano a la pequeña- ¿te parece si vamos a comer una verdadera merienda?- dijo, dando un meneo de cabeza hacia la mesita donde estaban jugando.

-está bien, pero quiero que comamos en el balcón y me cuentes de ti ¿sí?- dijo la pequeña tomando la mano del rubio para levantarse, dejando todos los juguetes en la mesa. Naruto asintió, obviamente cuando le contara a la pequeña sobre su vida tendría que omitir ciertos detalles.

Después de un rato jugando ya habían establecido una especie de amistad, en la que él hablaba y la niña se limitaba a dar su opinión con monosílabos y, rara vez, frases de pocas palabras; pero a él le agradaba, incluso mucho más de lo que se pensaría.

.......

-¡¡¡lisaaa!!!- gritaba la pequeña shizune, recostada en los barandales del balcón.

Después de recoger la merienda. Shizune llevó a naruto hasta el balcón, quien trato de no escupir el jugo de uva al ver ese balcón del que tanto hablaba. Era un balcón más o menos de unos 15 metros de ancho y 10 de largo, tenía unos hermosos pilares de mármol en los costados, decorados y elegantes barandales que daban la vista hacia el jardín, una gran mesa en el centro de toda la iluminada habitación- pues estaba al aire libre- con una gran cantidad de sillas y una elegante sombrilla que se abría enzima de esta.

-¿Quién es lisa?- dijo naruto, también asomándose como lo hacía shizune, después de "familiarizarse" con el lugar; pero no lograba ver nada fuera de lo normal. De repente, un fuerte ladrido se escuchó a las espaldas de los dos jóvenes, estos voltearon quedando frente a frente con un gran perro Akita de color negro y blanco.

-¡lisa!- dijo emocionada la pequeña, mientras corría hacia el perro. Naruto, medio paralizado de miedo, se alejó con sutileza del gran animal que estaba frente a él, al menos ya sabía quién era lisa, pero eso no significaba que no pudiera tenerles miedo a un perro de metro y algo

- no te preocupes naruto, lisa es muy cariñoso- dijo la pequeña al ver las intenciones del rubio. El "perrito" lo volteo a ver, tenía unos enormes ojos de color marrón. En  cuestión de segundos el animal salió corriendo hacia el rubio, mientras sacaba su mojada y gran lengua.

 Naruto, en pánico, corrió hacia la puerta. No quería quedar sin un brazo; pero, antes de salir, chocó contra un fuerte y ancho pecho y, sin más remedio, se escondió detrás de la persona desconocida y esperó a que el perro decidiera alejarse de él.