Cap 13. Cruel despedida

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-¡Mamá!- gritó entusiasmado al ver a la pelirroja cruzar la puerta. Ella se sobresaltó horriblemente ¿Quién no lo haría? No esperaba que su hijo la hubiera esperado como estatua en el comedor hasta las 2 de la mañana.  

-naruto...-susurró, recobrando poco a poco el aliento que había perdido del susto.- ¿Qué haces a esta hora aun despierto?- dejó la pequeña maleta que llevaba y se acercó a abrazar a su hijo.

-esperándote ¿Qué otra cosa iba hacer?- dijo risueño. En realidad había estado muy preocupado, casi a un pelo de llamar a la policía, el FBI, los bomberos, incluso hasta prendía la "Bati-señal", a ver si algún caballero de la noche (cof... cof... sasuke... cof) aparecía para salvar a su madre.

   -no era necesario- dijo observando la cantidad de platos, cubiertos con otros platos, sobre la mesa- creo que debí avisar que llegaría un poco tarde- bromeó nerviosa, apenada por haber causado tanta molestia a su hijo. 

-la comida es lo de menos, no he tocado nada así que mañana podemos calentarla ¿vamos, jovencita mamá?- preguntó burlón al ver pena en la mirada de su madre. Extendió su brazo en modo de oreja para que su madre le siguiera el juego hasta la cama. 

-por supuesto, jovencito hijo- contesto riendo, correspondiendo al gesto de su hijo. Ya mañana desempacaría con más calma.

Hablaron de algunos detalles en el viaje de kushina, como los lindos atuendos playeros que había comprado su madre o sobre el afanado bronceado que se había intentado hacer en sus 15 minutos de descanso.

  -¿sabes que fue lo que más me gusto de suna?- pregunto kushina risueña. Un bostezo se escapó de sus labios.   -¿qué?- preguntó el rubio, imitando inconscientemente la acción de su madre.   -su bajo precio en maquillaje- rio suavemente. Naruto no pudo evitar carcajear ante el pésimo chiste de su madre.   -pero ya hablando en serio... hace unos años que fui con tu padre había unas esculturas hechas de arena muy lindas, quizá algún día te lleve para que las veamos juntos- sugirió. Naruto asintió levemente. Los dos estaban demasiado cansados para lamentarse por la mención del difunto minato.

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   -¡kiba!- gritó desde el final del pasillo. El peli castaño volteo su mirada hacia dicho lugar -¿cómo vas?- preguntó con tono maternal.  

-diría que bien- dijo suavemente. Naruto asintió, no quería tocar algún tema que incomodara a su amigo.

  -¿ya sales hacia tu casa?- empezaron a caminar hacia la entrada, ya habían finalizado las clases de ese día.

   -no lo creo, la ciega me pidió que le llevara unos libros que dejo en mi casa la última vez que fue- explicó con una risita nerviosa. Naruto lo miro de soslayo, le entristecía que estuviera así, pues pese a todo y las risas, para naruto no eran más que pésimas mentiras.

  -claro, yo tengo que ir hacer de novio del bastardo y en la noche me reuniré con uta-kun ¿hablamos luego?- preguntó naruto, ya tenía que tomar otro rumbo.

  -dale, yo te llamo. Suerte.-naruto asintió, le pellizco juguetonamente una mejilla y salió corriendo. Kiba empezó a gritar agitando los brazos mientras naruto reía a la distancia.  

Una vez el rubio estuvo frente a la mansión Uchiha hizo lo mismo de siempre, ignoró al baboso del portero, camino hacia la puerta, toco el timbre y le abrió el pelinegro en ropa interior... como todos los días.   ...   -¡QUE MIERDA HACES EN CALZONES!- gritó escandalosamente el rubio mientras se tapaba su semaforizada cara (una palabra que su anfitriona invento XD)

-ah, iba a darme un baño...-explicó sasuke con tono de quien no quiere la cosa- ¿me acompañas?- agregó con una sonrisa inocente...   Está bien, de inocente no tenía nada.  

Porque en el amor nadie decide. (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora