cap 8. noche de locura.

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Una vez terminadas las clases, hinata y yo fuimos a la cafetería que quedaba al lado de la escuela. Deseaba algo dulce para poder olvidarme del día tan estresante que tuve hoy.

-descanso...- dije sentándome-tirándome a la silla. Miré la pantalla de mi celular, nada. Desde ayer he estado muy pendiente de la panela porque me llego un mensaje anónimo diciendo que venían a visitarme y quería creer que seguirían enviándome algo más.

-¿Qué tanto buscas con ese celular?- pregunto hinata sentándose en la silla del frente y dejando su bolso entre sus piernas.

-nada en especial, solo esperaba tener algún mensaje- hinata puso una cara de... yo sé que tú quieres que te llegue un mensaje de ESE.

-hinata, estaría loco si quisiera que sasuke me enviara un mensaje- chilló coloreándose un poco. Hinata rió y tuvo intenciones de decir algo pero se decidió por llamar a la mesera con una mano.

-¿Qué es lo que piensas?- le preguntó al ver como su sonrisa juguetona aumentaba de tamaño hasta dar miedo, se acercó casi subiéndose a la mesa para ver sus ojos, como si tratara de leerle la mente.

-si sabes que yo me refería a yutakata ¿no?-

-¿Qué es lo que insinúas, hyuga?- preguntó señalándola vil mente con la cara roja, esa mujer no estará pensando que...

-nada narutin, nada- canturreo guiñándole un ojo.

-y todos me miran, me miran, me miran, porque sé que soy linda porque yo soy divina-ya iba a empezar a gritar y quejarme cuando sonó el timbre de hinata, que timbre más... peculiar.

-alo...- en lo que hablaba hina por el celular el rubio volvió a llamar a la mesera, que estaba hablando con el dueño del local. Recorrió el lugar con la mirada, era colorido sin dejar de ser simple, con varias mesas y sus respectivas sillas.

Pidió dos tazas de café con leche y una bandeja de ponquesitos con crema mixtos, la mesera se fue y hinata colgó el celular.

-demonios...- murmuró mordiéndose la uña del pulgar.

-¿sucede algo malo?- hinata solía comerse las uñas cuando está muy asustada, nerviosa o cuando le da hambre, lo cual es ilógico en este momento ya que en unos momentos les iban a traer comida.

-lo siento Naru, mi hermana hanabi viene de visita y mamá me llamo para decirme que íbamos a cenar con ella y su esposo- sonrió pícaro, entendiendo el problema.

-¿aún?- le preguntó algo fuera de contexto, obviamente entendió.

-no lo puedo evitar, ese hombre es tan ardiente...- dijo soplándose con la mano. Sonrió y mordio un ponquesito, que acababan de llegar en una gran bandeja.

-pero si tiene como veintiocho y tú solo diecisiete. Se llevan... diez, once años- dijo apenas entendible. Bebió un poco de su café y mire a la puerta, que acababa de sonar por las campanas que colgaban enfrente de estas.

-naruto, ese hombre lo hace apropósito, él sabe que me atrae y siempre se me está insinuando-dijo atrayendo de vuelta la atención del ojiazul hacia ella, pues miraba al muchacho que acababa de entrar, que casualmente conocía por kiba. Sí, era shino y venía acompañado de neji.

Trató de no imaginarme nada y evitar sacar conclusiones apresuradas. Devolvio la mirada hacia hinata. Ella estaba mordiendo su ponquesito con cara de cachonda mientras se soplaba más fuerte, al parecer sin darse cuenta de lo que naruto veía. Quien sabe que se imaginaba esa cochina.

-hinata, cálmate o tendrás un orgasmo- le sugirió. Ella empezó a reír y dejó de soplarse.

Llamó a la mesera y le pidió la cuenta. Ella asintió y nos dejó un papelito con todo lo que habíamos pedido.

Porque en el amor nadie decide. (SasuNaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora