Taehyung es un universitario que sufre por su cuerpo que no encaja con lo que se considera "alfa". Para sobrevivir luego de mudarse por primera vez solo, consigue un trabajo en una nueva cafetería, donde conoce a Jungkook, quien no es un típico Omeg...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando terminan ayuda a Taehyung a guardar los platos en una cajita, y esta vez el sirve vino para ambos. Estando los platos fuera ya no existe excusa para no hablar, pero aún así se mantienen en silencio un poco más, simplemente detallando la cara del otro. Al final Taehyung termino matando el silencio cuando pregunto con algo de preocupación por qué tenía esa cicatriz en la mejilla. Después de ello simplemente no pudieron dejar de hablar, no importaba que fuera o que tan incómodo podía terminar siendo, parecía que no podían quedarse sin temas de conversación, simplemente salía uno tras otro.
Poco a poco fue haciéndose más tarde y aún que el ambiente era demasiado cómodo, ambos tomaron la decisión de que quizás sería mejor si fueran a casa de Taehyung para continuar hablando, por qué de no ser así morirían congelados por el frío del lugar. Organizaron rápidamente con el alfa disculpándose constantemente por tener que hacerle cargar algunas cosas de la decoración hasta el sitio donde los podrían recoger pero me repitió que no se preocupara, después de todo ninguno de los dos pensó que durarían tanto allí.
Taehyung le pide dejar todo en una esquina cuando llegan, simplemente diciendo que organizará al día siguiente y se apura a servir un poco de vino para que puedan seguir hablando en la comodidad del sofá con una manta compartida sobre sus regazos.
— Hyung.
— ¿Si? — Ladea la cabeza, pues acaba de interrumpirse mientras le habla sobre la universidad.
— ¿Yo te gustó?
Se queda en silenció, sin saber si responder o no, simplemente dejando la pregunta al aire.
— Hyung — Se queja el menor, sus labios estando abultados — no me dejes así, solo quiero saber.
— ¿Estas tú seguro de que te gustó? — Pregunta en respuesta, evadiendo.
— Sí, muy seguro. Estoy seguro de que me gusta cuando cantas en voz baja mientras haces la mezcla de pastel, de que adoro la manera en la que me miras cuando crees que no estoy mirándote también y cuando desvias tu atención a otras cosas para evitar concentrarte lo que pasa a mi alrededor cuando alguien viene a la cocina o estoy atendiendo.
» Cuando sonríes ligeramente si te cuento algo que no puedes evitar que te haga sentir feliz. Me gustan tantas cosas de ti que si hablara sobre todas ellas, te gustaría escapar para dejar de oírme — Responde sin un gramo de duda, ni siquiera deteniéndose a pensar.
Jungkook tiene sus mejillas hirviendo, el jamás sería capaz de decir eso con tanta libertad. Expresarse cuesta, más si es Taehyung quien está con él, así que su mirada cae a algún punto de la habitación por qué le da vergüenza. Se siente incapaz de abrir la boca para responder a algo que parece tan sencillo, por qué ahora con un poco de vino en su sistema, solo puede pensar en que el se siente igual. Por la luna que miente si llega a decir que no ama cuando Taehyung llega apresurado y su cabello rojo está un poco desordenado en rebeldes mechones, con sus mejillas en un tono rosado por el esfuerzo de correr con sus grandes capas de ropa encima.