Capítulo 10: Otra boda

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—Es cierto, madre. ¡Victor y T/n están casados con una mujer muerta! ¡Yo la vi! ¡Es un cadaver! Estuvo justo aquí, con Victor y T/n

La madre de Victoria jadeó.

—¡¿Él estuvo en tu habitación?! ¡Que escandalo!

Hildegarde se acerca a Victoria.

—Anda, ven a sentarte, cariño. Estas temblando, ire a traerte una frazada.

 —Traele una camisa de fuerza. ¡Se ha vuelto loca! —molesta, Maudeline gira sobre sus talones, llama a Hildergarde y salen cerrando la puerta firmemente detrás de ella.

Victoria sake a su balcón. Duda, pero tira una sabana y baja. Con la sabana envuelto sobre ella como una capucha. La lluvia cae con fuerza.  Victoria se apresura a cruzar la plaza del pueblo bajo la lluvia torrencial. Al llegar a la iglesia llama a la puerta.

—¡Señorita Everglot! ¿Qué está haciendo aquí? Debería estar en casa postrada por la pena.

Victoria se adelantó. — Pastor Galswells, debo preguntarle algo.

—No es un buen momento..

—¡Por favor, se lo suplico! Usted es el unico en la ciudad que sabe lo que hay más allá de la muerte. ¿Los vivos se casan con muertos?

El pastor Galswells puso los ojos en blanco.

—¿De qué tonterías esta usted hablando?

—¡Hablo de Victor! ¡Se caso con un cadaver! 

El pastor Galswells la mira fijamente.

—Debe haber alguna forma de deshacer lo que ha hecho —Victoria suplicó.

—Me parece que sé lo que hay que hacer. Venga conmigo.

Sin saberlo confiando en el pastor Victoria lo sigue agradecida. Se acercaron a una gran puerta imponente y al puño del pastor Galswells golpeándola. Alejándose de la puerta... ¡solo para revelar que es la puerta principal de Victoria!

Ella se retuerce desesperadamente para escapar mientras el pastor Galswells la sostiene firmemente. Victoria luchó por escapar.

—¡Victoria! ¿Qué haces afuera? —preguntó su madre al abrir la puerta. 

—Esta hablando incongruencias! ¡Sobre uniones profanas! Temo que a perdido la razón —dijo el pastor 

—¡No es verdad! ¡Suelteme! —dijo Victora y el pastor la empujo.

—Gracias, pastor. En verdad se lo agradezco mucho —Maudeline cierra la puerta mientras el pastor. —Llevenla a su habitación.

—Madre, padre, por favor... escuchen…

El mayordomo acompaña a una llorosa Victoria escaleras arriba.

─────────★─────────

Víctor camina hacia la entrada del bar, sosteniendo un ramo seco. Dos esqueletos pasan junto a él, cargando una mesa.

La mayoría de las mesas se han trasladado al exterior para el banquete de bodas. Es tranquilo y silencioso, un ambiente de "hora de cierre". 

El lugar está vacío a excepción de un esqueleto que barre el piso y la Sra. Plum, que empuja un carrito de platos sucios a la cocina. Arriba en el escenario, T/n y la Novia Cadáver se sientan, presionando tristemente el viejo piano. Víctor se acerca a ellas.

—Creo… que perdiste esto.

Sin levantar la vista toma las flores. Víctor nerviosamente hace contacto visual con T/n.

—Lo siento. Lamento haberte mentido para salir de aquí. Pero es que este día no fue muy… de acuerdo al plan —se disculpó Victor. La novia  no responde. 

T/N suspiró y su mirada se suavizó hacia su amigo.

No puedo ser tan mala con él. A pesar de que sus acciones no fueron las mejores, eso no significa que deba pagar esa rudeza.

Víctor se sienta en el banco junto a ella. Él comienza a tocar el piano. Emily lo mira sorprendida, pero sigue tocando, mientras él improvisa. 

La mano esquelética de Emily se libera de su muñeca y sigue tocando, sus dedos a lo largo del teclado antes de que riendo, tome su mano y la vuelva a colocar en su lugar. Entre risas sonrió un poco. 

—Disculpa mi entusiasmo —dijo Emily

Víctor miró tímidamente a la Novia Cadáver. 

—Me agrada tu entusiasmo —dijo Victor, acomodando la mano de Emily.

De repente se escucha un fuerte estruendo.

—¡Uno nuevo! ¡Llegó otro! —una señora exclamó.

Es Mayhew, el cochero de los Van Dort.

Víctor y T/n corrieron hacia el recién llegado. 

—¡Mayhew!

Mayhew se animó. —¡Joven Víctor! 

Víctor sonrió a su viejo cochero, pero frunció el ceño ante lo que esto significaba pronto. —¡Cómo me alegro de verte! Lo siento mucho. 

—Tengo que volver, deben estar preocupados. ¿Cómo están?

Mayhew suspiró. —Bueno, aún no entienden porque se escaparon. Y la señorita Victoria-

Víctor instantáneamente saltó ante la mención de ella.

—¿Sí? ¿Cómo está?

Mayhew bajó la mirada ligeramente.

—Eh, pues, se va a casar esta tarde.

Víctor está claramente molesto y confundido.

—¿Qué? ¿Pero con quién?

Mayhew soltó un profundo suspiro. —Con un tal lord, no sé qué rayos.

—¡Eso es imposible! —dijo Victor, todavía sorprendido.

El cadáver de la novia (F!Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora