Entre Caminos

capitulo 8

*Rhaegan*

Provisiones si claro, vine por él, pero no lo notó, así que simplemente lo ayude a llevar a las señoritas al cuartel.

La pregunta no me dejaba entablar una conversación así que me quitaría la duda de encima.

—te gusta la joven?—pregunto sin más.

El solo suelta a reír, aunque trata de no hacer ruido pues estamos de nuevo afuera en busca de "las provisiones" por las que yo iba.

—Lo dices enserio?—dice, nunca lo habia visto reír , se ve tan tierno.

—si....—digo volteando para otro lado, su sonrisa me distrae.

—Pues no, no me gustan las mujeres...—se queda con las palabras en el aire como si hubiera dicho algo mal, lo observó, su cara cambio a una con miedo.

—informacion totalmente necesaria...—digo soltando una pequeña risa que hace que concentre su mirada en mi.

—No te molesta?—dice deteniendose—crei que- que tú eras del tipo que destestan a los que son como yo—dice mirándome.

—Claro que no, además el saber esto me permite acercarme más a ti, si lo dijiste es porque confías en mi—digo orgulloso,este solo se queda callado.

—Ademas siempre te cuento sobre mi pero tú nunca me cuentas sobre ti—digo a la espera de que hable un poco sobre su pasado.

—En la universidad a la que asistía era muy apegada a la iglesia, y mira, no tengo nada en contra de dios, pero sus creyentes son unos idiotas trogloditas—dice retomando el paso.

—Sigue..—lo ánimo.

—Pues me quedaban solo dos meses para culminar mi carrera, pero los amigos del chico que me gustaba lo gritaron a los cuatro vientos y llegó a oídos de los directivos, me sacaron de la escuela y no obtuve mi certificado de profesionalidad—dice tomando un grande suspiro.

—Ya no lo intentaste en otra escuela?—digo caminando cerca de él.

—Pues.....mis padres tuvieron un accidente y murieron, no tengo más familiares que ellos, no tengo tíos y mis abuelos fallecieron mucho antes,así que me quedé sólo..... empecé a trabajar por internet, me iba muy bien, pero me estaba consumiendo a mi mismo, tuve que tratarme con un psicólogo, y esté me mandó a un psiquiátra, me recetaron pastillas para la depresión y para la ansiedad—dice tomando aire.

—Pero.... Ese medicamento te mantiene en un afán que te mata de a poco, así que intente suicidarme, y justo ese día explotó el laboratorio y todo se descontroló en el centro de la ciudad, así que, como falle decidí vivir, en medio del caos mi vida tenía un sentido—dice con una sonrisa triste pintada en el rostro.