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Kim Seokjin, durante toda su vida fue el blanco de burlas y insultos, por su aspecto físico.
Seokjin sufría sobrepeso desde una edad muy temprana, usaba lentes y tenía braquets, por lo que no era alguien "atractivo", según las personas y solo por eso la gente se sentía con el derecho de opinar sobre su aspecto.
Iba en primero de secundaria y nunca se terminaría de acostumbrar al acoso que recibía por parte de sus compañeros, era un día más de su pequeño infierno.
Se cambió, se puso una sudadera rosa para "disimular" su sobrepeso y unos pants negros, junto con unos tenis blancos, se miró al espejo y no se sentía bien, bueno la verdad es que no recuerda la ultima vez que se vio al espejo y se sintió cómodo con su cuerpo.
Bajo las escaleras, toda su familia se encontraba desayunando en el comer, se sentó en la mesa.
— Buenos días— saludo Seokjin cabizbajo.
— Buenos días, cerdita— saludo Jinhyunk con burla, mientras imitando los sonidos de un puerco.
— ¡Basta, Jinhyunk! Deja a tu hermano en paz— regaño su padre.
Jin solo mantuvo su cabeza cabizbaja,mientras comía su pan tostado.
— Cariño, yo creo que deberías de dejar de comer. Al menos que quieras seguir engordando— comentó su madre con simpleza.
— Ya oíste gordito, deja de comer— dijo Jinhyunk con burla.
Así eran las mañanas de Seokjin, bromas pesadas por parte de su hermano y los comentarios filosos por parte de su madre, su padre no solía decir nada.
— Me voy— dijo Jin, levantándose de la mesa.
— ¿No quieres que te lleve tu hermano?— Preguntó su padre.
— No, gracias— contestó, tomando sus cosas para ir a la escuela.
— Padre, deja que camine esperemos que así se le baje su gordura, que está apunto de reventar— soltó con burla su hermano.
— Seokjin, no se te olvide que hoy tenemos cena familiar y vendrá tu hermana— dijo su madre.
Seokjin solo salí de su casa, con lágrimas escurriendo de sus ojos, se colocó sus audífonos para escuchar música durante el camino.
•••
Iba distraído escuchando música, que no vió al grupo de chicos que venían atrás de él, se dio cuenta hasta que lo empujaron.
Haciéndolo caer y que todas sus cosas cayeran en el piso.
— Perdón, es que te confundimos con una pelota— dijo Kangmin entre risas.
Jin se levantó rápidamente, recogiendo sus cosas junto con sus lentes, los cuales estaban rotos por la caída.
— Por dios, en serio eres un asco. No se como puedes seguir viniendo a la escuela, lo que deberías de hacer es ponerte a hacer ejercicio y dejar de comer— volvió a decir Kangmin, mientras pateaba la mochila de Jin.
