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Seokjin ya había sido dado de alta, se encontraba sentado. Mientras esperaba a Namjoon, que firmaba sus papeles de salida. El moreno se despidió amablemente de las enfermeras y camino hacia el castaño.
—Vámonos, Jinnie—dijo Namjoon, extendiéndole la mano a nombrado, quien la tomó. Ambos salieron y caminaron a la camioneta del mayo. Este me abrió la puerta al castaño, para después subirse a su lado.
El camino fue silencioso, no era incómodo pero sin duda, Seokjin estaba sumido en sus pensamientos, tenía ganas de hablarle al pelinegro, pero su pena era mayor, sentía culpa y vergüenza de que el mayor lo viera en ese posición.
Se sumió tanto en su pensamientos, que no se dio cuentas que la camioneta ya se había detenido. Al menos, así fue, hasta que Namjoon, lo llamó.
—Jinnie—dijo en voz baja, captando la atención del nombrado. Quien lo volteó a ver—Yo....ya llegamos— quería decir otra cosa, pero creyó que no era el momento.
Seokjin vio que ya habían llegado a su casa, pero recordó la discusión con sus padres y no pudo evitar hacer una mueca, que llamó la atención del moreno.
—¿Qué pasa?—preguntó Namjoon, desconcertado.
—Es que yo...tuve una pelea con mis papás. No puedo regresar a casa—contestó Seokjin cabizbajo—Pero...llamaré a Hoseok y él—pero Namjoon lo interrumpió.
—Te quedaras conmigo en mi departamento. Te dije que ahora lo considerarás tú lugar seguro, era real cuando lo dije—comentó Namjoon con una sonrisa suave, seokjin le devolvió la sonrisa—Vámonos—soltó, para arrancar y dirigirse a su apartamento.
Ambos bajaron de la camioneta al llegar al edificio, subieron por el elevador. Durante todo el camino y hasta adentrarse al departamento, ninguno había dicho ninguna palabra. Al menos hasta que Namjoon, habló.
—Puedes tomar un baño y tomar una de mis pijama, si quieres—dijo Namjoon, mientras se servía un vaso con un agua y le extendía uno al menor. El castaño lo tomó, pero no emitía ninguna palabra, en ese momento se escuchó el rugido del estómago del menor, algo que no pasó desapercibido para el mayor.
—¿No comiste?—preguntó Namjoon, Seokjin negó, mientras abrazaba su estómago. En su intento de disimular su notoria hambre—¿Cuantos días llevas sin comer?—volvió a decir con seriedad, Seokjin lo miró con pena.
—Yo..solo fue hoy—contestó, pero Namjoon negó.
—Dime la verdad—pido Namjoon con una voz tranquila, si algo había aprendido de pasar tanto tiempo con el castaño, es que este era muy sensible. Cualquier cambio de voz o de actitud, generaban ansiedad en el menor.
—2 días—comentó, Namjoon se sorprendió.
—Ve a bañarte, mientras yo preparó un ramen—dijo Namjoon—deja busco una pijama que te pueda quedar, yo recuerdo tener una que me queda chica—comentó, caminando a su habitación con el menor, atrás.
