Solo se oían gritos viniendo de la Oficina del superintendente, por como eran los gritos se podía deducir que era con algo de asco y desprecio, pero eso no importaba... Importaba a quien iban dirigidas aquellas "palabras".
— Es que eres un ¡capullo! ¡Anormal!. —
Los gritos demostraban el enojo del superior de Gustabo, estaba sumamente enfurecido por quien sabe que cosa, la verdad es que Gustabo estaba confundido. Hace unos minutos? O hace una hora que su Jefe lo llamó para "hablar" de unos supuestos asuntos de trabajo, no esperaba que esos, entre comillas, asuntos fueran gritos con insultos entre medio.
Luego de que el Super siguiera gritando llegaron los golpes... El rubio quedó tirado en el suelo por la fuerza que había usado el contrario. Al momento de querer hablar una ligera cantidad de sangre salió de su cavidad bucal, la verdad no se alteró, era algo que a veces le pasaba.
Jack al ver eso solo sonrió para sus adentros, ya que según él eso demostraba ser débil... Dios, que imbécil.Y así se la pasó Conway unos veinte minutos más, o al menos hasta que llegó su Comisario y mejor amigo ya que este estaba tratando de comunicarse con el intendente para informarle sobre una mafia. El peli-gris al ver la escena fue a detener al súper y poder llamar a un IMSS para que ayudarán al rubio, pero de un momento a otro Gustabo se levantó y se fue a un paso calmado, ya iría él a ver a un doctor, o al menos eso decía él...
El rubio salió de servicio y no avisó nada, la verdad tampoco es que lo quisiera. Fue a casa a curarse las heridas, en el proceso de curación aún seguia con la duda del porque Conway había actuado así.
— Ya se resolverá. —
Pensó en voz alta él oji-azul.
Al momento de voltear a ver su típica chaqueta Roja en el sofá, logró ver esas pastillas que había comprado hace un par de horas, y debido a lo que pasó en el despacho de su Jefe no las había podido probar.
Fue al sofá y con una mano sostuvo el frasco en el cual se encontraba ese "medicamento" . Lo abrió y tomó una píldora, luego se la llevó a la boca.
Después de tomarla no paso nada durante unos segundos, pero luego de un muy corto plazo de tiempo todo a su alrededor se lleno de colores hermosos. Había caras sonrientes por todos lados, unas parecían que se estaban derritiendo dejando ver sus ojos y boca algo tenebrosos, pero nada superaba esa sensación de calma que le llenó él alma al estar en esa situación.