III

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1988

La primavera había llegado, el sol, las aves, las lindas flores, una época realmente hermosa, no sólo para uno, si no para demasiadas personas.

Pero en especial para un castaño de nombre Sunoo, aquel niño de casi 15 años, aquel niño lleno de luz y amor, que amaba cada detalle de la primavera, cada cosa, aunque fuera la más sencilla, porque para el era la época perfecta.

- Sunoo deja de correr, hace demasiado calor - exclamó el menor de ellos, Riki, pues llevaba uno hora corriendo detrás de Sunoo

- Vamos Nini ya casi llegamos al lago - dijo al momento de tomar la mano de Riki y correr aún más rápido

Después de unos minutos más, en donde, por petición del menor, y sus ya muy cansados pies, ambos siguieron su rumbo caminando.

Al llegar al lago el menor tomó asiento cerca de un árbol, para poder descansar de ese gran y aturdido viaje.

- Levantate Nini, hay que entrar agua - Exclamó Sunoo mientras tomaba a Riki del brazo y lo jalaba

Mala idea, pues la fuerza del menor era mucho más que la de Sunoo, y este solo logró que fuera atraído hacia Riki, y ambos quedarán recostados en pasto del lugar.

- Sunoo, ¿por qué te gusta venir aquí, así de la nada? - Habló Riki mientras abrazaba por el torzo a Sunoo

- Éste lugar me da tranquilidad, además puedo estar aquí contigo, ambos son mis lugares seguros - El menor no lo dudo, y simplemente tomó a Sunoo de las mejillas y le dio un cálido beso.

- Sunoo - un "mmh" recibió por respuesta, dándole aprobación para seguir - Hay que casarnos, aquí, cuando seamos mayores, comprare una hermosa sortija y te la daré, y así ambos nos casaremos, como mis padres, también construiremos una casa aquí, y viviremos alejados de la sociedad que nos mira mal, viviremos felices, los dos, juntos, por siempre

- Claro que si Nini, cuando seamos mayores nos casaremos y viviremos felices - levanto su dedo meñique en forma de promesa

- Sunoo, prometeme que si existen más vidas, nos encontraremos en cada una de ellas y nos volveremos a enamorar, para después casarnos y vivir felices por siempre - de igual manera levantó su dedo meñique

"lo prometo"

Susurro el mayor, para después ambos unieran sus meñiques en forma de promesa.

Después de sellar su promesa, ambos se dirigieron al lago, nadarian un rato, disfrutarán de ese bello día.

Pasadas algunas horas, después de mucha diversión ambos se dirigieron a su hogar.

Al momento de que llegaron y se encontraron enfrente de casa del mayor, Sunoo simplemente se despidió y entro corriendo a su hogar...si es que se podría llamar así.

- ¿Donde carajos estabas Kim Sunoo? - el castaño se quedó quieto en su lugar, sin ni siquiera mover un dedo - responde, ¿o acaso te quedaras callado como siempre?

- L-lo si-siento papá, N-no s-sabía que llegarías hoy y-yo solo salí c-con...

No pudo terminar la frase cuando sintió su mejilla arder, el primer golpe.

Mi Pequeño, Gran Sol ☀️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora