Bittersweet - Park Sunghoon

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Seré una masoquista o una comedora por tristeza, pero el ramen, y el té de durazno me sabían aterradoramente bien con lo salado de mis lágrimas.

No me gustaba llorar en frente de los demás, y cuando lo hago ni siquiera hago ruido, solo lloro en silencio, ahogándome con todo lo que debería de estar saliendo de mi boca y mis penas. Oh mis penas, y mi dignidad. ¿Por qué todo tenía que salir así?

En fin, en cuanto me separé de Sunoo, y llegué a mi casa, a la soledad de mi casa, las lágrimas empezaron a salir solas, me sentía tan mal.

Al cabo de un tiempo dejé de llorar, y de comer, y de beber, y de sonarme al nariz. Pero mi mente nunca paró, ¿qué iba a hacer mañana? ¿perdería la amistad de Daeun? ¿creerá que soy una rarita? Me hizo querer llorar de nuevo.

Ni siquiera sabía si quería confesarle mis sentimientos, y si lo hubiera querido hacer, claramente esta no era la manera, por Dios santo ni siquiera sé si a Daeun le gusten las chicas. Yo se que aunque no se lo tome a mal, si me rechaza, nuestra relación no sería la misma. Y para colmo tono el proceso llevo una serie de humillaciones y confusiones.

Había puesto mi teléfono en modo "no molestar" por 2hrs y justo parecía haberse acabado porque sonó una notificación, se me bajó la presión, no quería ni ver quien era, qué tal que era ella?, no se que sería peor en este instante.

Era Park, pero no la linda Park, era el pendejo de Park, aunque no fuera todo su culpa, si tenía un porcentaje de esta, y necesitaba a alguien a quien culpar.

Me había estado mandando una serie de mensajes durante el día después del incidente, y hace un minuto había mandando el último.

"Estoy afuera de tu casa"

Tan seco como puede ser, aunque me hubiera molestado más de otra forma, si soy sincera.

Por más que lo odiará ahora mismo, y prácticamente me ocasionó la desgracia más grande de lo que va el año, soy una persona de valores e integridad.

Esta persona con valores e integridad no deja esperando a personas afuera de su casa en medio de la fría noche (sabiendo que están afuera de su casa...en la fría noche).

....

Primero me asomé por la cortina, y efectivamente estaba ahí, afuera de mi casa, congelándose como un pingüino, hasta me dió ternura y por un momento se me olvidó lo que estaba pasando, se esfumó todo. Que tonto ¿si vino en carro, por qué no esperó arriba de él? Ahora me siento mal por verlo sufrir del frío.

Pero luego se volteó y vi su insufrible linda cara y me acordé de todo.

Abrí la puerta de mala gana, y fruncí mi ceño. Quería que se diera cuenta que aunque estoy enojada con él soy una persona de valores e integridad.

– Hani

– Park Sunghoon – Hice énfasis en el Sunghoon, ya que se le olvidaba que no es el único Park. – Puedes pasar si gustas – Ojalá no gustará

– Gracias, hace un poco de frío afuera – Pasó adentro de mi casa, le hice señas para que se sentara en la pequeña sala, y yo poder cerrar la puerta.

– Si lo noté

– Mmm, lo siento mucho Hani, no era mi intención hacerte eso, si hubiera sabido lo que ibas a decir, no te hubiera puesto en altavoz y no hubiera-

– Si tan solo hubieras sido un poco humilde – lo interrumpí, se bien que no solo se debe a eso, pero se me salió, la persona de valores e integridad en mi no esta orgullosa.

–Lo sé, he estado pensado en eso todo el día, me avergüenzo de mi actitud cada que lo recuerdo. – Se encogió, su mirada no salía del suelo, no parecía el gran Park Sunghoon, el príncipe del hielo.

– Supongo que te entiendo, tienes pretendientes por docenas, eso a cualquiera le alimenta el ego – Juro que lo vi sonrojarse y avergonzarse, nunca había visto este lado de él, a decir verdad, nunca lo había visto ni hablado con él por mas de 5 minutos, claro hasta la "situación" Pero inclusive ahora parece ser otro.

– Igual, debería haberme parado a pensar 2 veces, o escucharte, o atar los cabos como dijiste

– Todo está bien Sunghoon, te lo juro, lo qué pasó, pasó, y si es todo, te puedes marchar.

Pero no se paró, no levantó la mirada, y sus largas manos empezaron a jugar la una con la otra.

– No está bien – Dijo fuerte, claro, y tranquilo, y me miró a los ojos por primera vez en lo que llevábamos sentados en la sala.

Me congelé

Me congeló su mirada, su voz, sus palabras, su presencia, sentía como si ahora fuera yo la que esta esperando afuera de mi casa, y es que tenía razón No estaba bien, yo no estaba bien.

– Pero no hay nada que hacer – Dije casi en un murmullo, no débilmente, más bien cansada. Ahora era yo la que tenía la mirada en el suelo.

– ¿Qué tal que si? Yo estoy dispuesto a ayudarte

– ¿Ayudarme en qué?

– En lo que quieras, en – parecía que las palabras se le estaban atorando – en ayudarte con mi hermana, ya sabes – casi se ahogaba diciendo esa frase, me imagino que debe de ser muy incómodo todo esto para él ¿qué digo? Para mi también.

– Gracias, aunque no lo sé

– ¿Viste si te ha mandado algún mensaje? – Buena pregunta, nomas me había enfocado en el mensaje de Sunghoon, y no había checado las demás notificaciones. Negué con la cabeza y me dispuse a revisar.

Tenía algunas de Sunoo, mi familia, Instagram, YouTube, y una de Daeun.

Sunoo me había mandado mensajes reconfortantes, mi familia hablaban entre ellos, y el único mensaje de Daeun decía "Quieres hablarlo?"

– Si lo hizo, me preguntó si quería hablarlo – Le dije el mensaje más por compromiso que por voluntad.

– ¿Eso es bueno no?

– No lo sé, tú dime casanova

– No soy un casanova

– ¿ah no? Y como se le llama al que tiene mil de ganado

– Puede que tenga muchas pretendientes, pero nunca he salido con nadie ¿sabes?

– Que. – Y aunque lo había dicho con bastante normalidad, ahora parecía avergonzado con mi sorpresa y confusión. – Ni siquiera con la guapa chica amiga tuya que patina también?

– No es mi pretendiente

– O sea que si fuera tu pretendiente saldrías con ella

– Nos desviamos del tema.

...

Y aunque Sunghoon no es mi amigo, ni mi persona favorita por lejos, ni siquiera me agradaba, me hizo sentir mejor.

Por un momento al menos, un acogedor momento. Que logró que conciliara el sueño sin tener que mojar mi almohada de nuevo con lágrimas.

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