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Hacía frío en la pista de patinaje, pero dos personas estaban ardiendo del coraje.

Park Sunghoon y Boo Hani, el primero calentando en el hielo y la chica sentada en las gradas a un lado de su amiga y hermana del chico.

Sunghoon no paraba de pensar ¿Por qué vino Hani? ¿Acaso no podía negarle nada a Daeun? Patinaba con el ceño fruncido, y sus movimientos eran más mordaces que de costumbre, de todos los lugares a los que podían ir, fueron a su santuario, y más importante aún; donde Somin podía verlos.

Aunque bueno, para Somin solo era otro día de práctica con la leve diferencia que uno de sus compañeros estaba más amargado que de costumbre.

Cada que podía le lanzaba fuertes miradas a Hani, como diciéndole con los ojos "vete!", claro que ella captaba todo esto, pero se hacía la tonta desviando la mirada avergonzada y enojada.

Si, enojada, Daeun le había dicho que salieran a hacer algo "divertido" ellas dos, solo ellas dos, claramente para Hani esto era lo menos divertido que podría hacer, y se enojaba más al escuchar a Daeun que lanzaba comentarios maliciosamente cada que podía "Te está mirando mucho Hani" "Mira como te pones nerviosa" "Estas tan roja". Si que quería salir corriendo de ahí, no encontraba la hora para irse de ahí. "Ha este paso terminaré odiando a Daeun" pensó triste la pelirroja.

– Esa es tu competencia – Soltó Daeun discretamente hacia Hani, mientras señalaba de alguna manera a Somin.

– Ella es Somin?

– Bien que sabes ehh – contestó Daeun juguetona. – Si es ella, pero no te preocupes, tú eres más bonita.

Hani sabe que no lo dijo con esa intención, ella sabe bien que no se refería a eso, pero no pudo evitar sentirse feliz ante ese comentario, feliz y deprimida al mismo tiempo. Como últimamente se había estado sentido con Daeun.

Somin era todo lo que Hani pensaba que debía ser un patinador artístico, era alta, esbelta, hermosa, elegante, y tenía toda esa vibra de frialdad bella, que hacía sentir a Hani comprimida y desencajada. Entendía porque a Sunghoon le atraía. Se sintió aún más culpable de estar ahí, no quería perjudicar a Sunghoon, al menos no con eso.

Volviendo con el príncipe de Hielo, él se encontraba prácticamente huyendo, había salido de la pista de hielo, y se encontraba preparándose para irse de ahí, hasta que su entrenadora lo paró en seco.

– Park Sunghoon ¿qué crees que estás haciendo? – Miró acusadoramente al joven

– Buenas tardes entrenadora, ya me voy – contestó Sunghoon a la entrenadora de más de 40 años, y que ha estado con Sunghoon prácticamente desde siempre.

– Eh! No tan rápido, acuérdate que accediste a ser mentor de los novatos junto con Somin, por si se te olvidó, es hoy – Le dió unas palmadas en la espalda, y se despidió de su alumno.

Sunghoon suspiró, y se preparó para entrar de nuevo a la pista, se había olvidado por completo de su trabajo como mentor con Somin, un patético intento de pasar más tiempo con ella, y volverse más cercanos.

En realidad solo era ayudar a niños a que aprendieran los básicos de patinar sobre hielo, nada serio, los niños en su mayoría no pensaban en patinar en serio como ellos, solo querían aprender a moverse sobre hielo y divertiste, era un trabajo noble. La mayoría de niños sólo asistían 1 vez, ya que es más ese estilo de clase, pero había algunos que seguían más días, a esos tenían que convencer y "reclutar" y si lo conseguían, ya pasaban a algo más formal con entrenadores de verdad.

Cuando salió vió a todos los "novatos" formados, a Somin en frente de ellos, pero un cuerpo y cabeza pelirroja sobresalían entre la fila de niños, desencajaba tanto que a Sunghoon casi le dió risa.

Bittersweet - Park Sunghoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora