Elizabeth bajaba las escaleras de su casa con nerviosismo mientras sostenía los libros en sus brazos. Ya había pasado una hora desde que había llegado a su casa, era hora de ir a trabajar con el chico de los ojos esmeraldas en su presentación de filosofía.
Ella entró en la cocina buscando a su mamá para avisarle donde estaría.
-¡Mamá!- Gritó, pero no obtuvo ninguna respuesta. Elizabeth se iba a servir un vaso de agua fría antes de ir a la casa de Harry, y cuando abría la nevera, vio la nota que estaba pegada en esta.
"Hola hija, salí con unos amigos. Si te da hambre, calientas algo de lo que quedó del día de ayer.
Te quiero."
Ella suspiró después de leer la nota; Elizabeth sabía perfectamente que su mamá saldría para drogarse y emborracharse con los supuestos amigos que ella tenía. Hace aproximadamente ocho meses que su mamá vivía ese nuevo modo de vida, salía con sus amigos de fiesta mientras se emborrachaba y drogaba hasta perder la conciencia. Antes no era así; Antes todo era diferente, pero de un momento a otro todo eso cambió. Después de tres meses de que la nueva vida loca de su madre se desatara, su papá se fue de la casa, él no pudo controlar a la mamá de Elizabeth y se rindió; él no quería vivir con una drogadicta alcohólica.
Elizabeth se sirvió agua y la tomó a gran velocidad; estaba ansiosa por ir a la casa de Harry, pero a la vez nerviosa.
La chica salió de su casa y camino unos pocos pasos para llegar a la casa de al lado. Suspiró tratando de relajarse y tocó el timbre.
Harry se encontraba organizando su cuarto para que estuviera medio decente y presentable. La mamá de Harry, Anne, había salido a comprar algo para prepararles algo de comer a su hijo y Elizabeth mientras trabajaban en su proyecto.
El timbre sonó.
Harry corrió alrededor de su cuarto cogiendo toda la ropa que se encontraba en el lugar y tirándola en el canasto de ropa sucia. Bajó a gran velocidad hasta la puerta de su casa, y antes de abrir, respiró despacio para calmar su agitación. Abrió la puerta viendo a una pequeña castaña que tenía su vista en el suelo; Harry sonrió.
-Hola, Liz.
Elizabeth levantó su cabeza observándolo y devolviéndole la sonrisa con timidez. Harry la invitó a entrar.
-Vamos a mi cuarto.
Ambos chicos empezaron a subir las escaleras.
-¿Y tu mamá?-Preguntó ella con nervios; no quería que dijeran que estaban solos, eso solo la pondría más nerviosa de lo que ya se encontraba.
-No, ella está comprando algunas cosas.-Harry paró de caminar y volteó a observarla.- ¿Eso no es un problema o sí?
Elizabeth se sonrojó y bajó la vista.-No.
-Está bien.-Dijo Harry. Ella levantó le vista viéndolo, él sonrió y le guiñó un ojo para después seguir el camino a su cuarto. Elizabeth se sonrojó más de lo que estaba y le fue inevitable no sonreír mientras seguía a Harry.
*
Media hora pasó mientras planearon cómo iban a realizar su presentación. Harry buscaba información sobre Anaxímenes en su computadora mientras Elizabeth solo lo veía hablar. Hace rato que ella no escuchaba lo que él leía, solo lo veía mientras sus labios se movían y sus verdes ojos iban de un lado a otro mientras leía. La chica pensó que Harry era muy perfecto para ser verdad, pensó que en ese momento la vida de ella no podría ser más irreal. Era tan improbable que ellos llegaran a ser una pareja tanto o más como era improbable que su mamá dejara las drogas. Elizabeth al llegar a esa conclusión se entristeció. Sus pensamientos empezaron a vagar en torno a su madre y su padre, del cual no había vuelto a saber nada desde hace un mes. Ella suspiró con pesadez haciendo que Harry la observara. El chico vio que su compañera estaba ida, concentrada en sus propios pensamientos.
-¿Has escuchado algo de lo que he dicho?- El chico no obtuvo respuesta.-Liz...
La chica estaba tan concentrada en sus pensamientos, que no se había dado cuenta cuando Harry había llegado a su lado tocándole el hombro para llamar su atención. La chica vio con tristeza al chico, pero luego dejó toda esa tristeza para sonreírle.
-¿Qué pasa?-Preguntó ella.
-Eso te pregunté yo a ti...-Harry la miró con una ligera sonrisa. La chica era hermosa a los ojos de Harry; él amaba estar acompañado de ella, a él le encantaba la ternura que la rodeaba.- Estás ida, Liz. No me prestaste ni pi de atención a lo que dije.
Elizabeth bajó su mirada con vergüenza.
-¿Qué pasa, Liz?-Dijo con suavidad.
La chica negó con la cabeza.-Nada Harry.
Harry tomó la barbilla de la chica obligándola a alzar su mirada.- ¿No confías en mí?
Los ojos de ambos estaban conectados, mirándose el uno al otro, tratando de averiguar lo que el otro pensaba, ver su alma. Los segundos pasaron y Harry no recibió ninguna respuesta. Ninguno de los dos se había dado cuenta cuando sus rostros empezaron a acercarse; no fue hasta que sus respiraciones se mezclaron que Harry tomó conciencia del asunto, mientras que la chica se sentía más perdida que nunca. El chico observó los finos labios de la castaña, estaban ligeramente abiertos. Harry alcanzó a rozar sus labios con los labios de la chica antes de que el sonido de la puerta principal abriéndose y cerrándose se oyera. Ambos se separaron con rapidez. La chica se sonrojó a más no poder y Harry por alguna extraña razón, también.
-¡Harry, hijo; ya llegué!- Se oyó la voz de Anne por toda la casa.
-¡Y-ya vamos mamá!- La voz de Harry había sonado más ronca de lo normal.
Harry se dirigió al primer piso seguido por Elizabeth. Anne les sonrió a ambos chicos al verlos.
-Hola. Tú debes ser la compañera de Harry.- Anne extendió su mano a Elizabeth como modo de presentación.- Mucho gusto, mi nombre es Anne.
*
Dos horas pasaron; dos horas que fueron casi eternas para ambos chicos, ya que después del suceso anterior se podía sentir una leve tensión e incomodidad entre ellos. Pero ya todo había terminado; ya tenían la presentación lista para presentarla.
Elizabeth recogió sus cosas con apuro, quería salir de esa casa lo más pronto posible. Una vez terminó, se despidió de Anne y fue acompañada hasta la puerta por Harry.
-Hasta luego Harry, gracias por todo.- Dijo la chica y se fue a su casa antes de que el chico de ojos esmeraldas le pudiera decir algo.
Harry cerró la puerta de su casa luego de entrar en esta. Se dirigió a su cuarto con lentitud mientras pensaba en la chica, en lo que había pasado hoy. Entró a su habitación sin prestar verdaderamente atención hacia donde se dirigía. Pisó un cuaderno haciendo que casi resbalara. Miró el objeto debajo de su zapato con el ceño fruncido. Era un cuaderno azul, Era el misterioso cuaderno azul de ella.
Holaaaa!!!
Nuevo día, nuevo cap :D
Espero que les haya gustado... jeje, estos últimos caps serán así, un poquito más largos... so, sean felices (¿?)... En fin...
Tengo que decirles que desde mañana me voy a visitar a mi familia u.u, así que no se si pueda subir cap sino hasta la otra semana... T-T
Sé que les dije que esta semana se acababa la nove... but, ya no es taaaan seguro. *Llora*
Bueno pos... gracias por leer
Recuerden votar en la estrellita... y si quieren comentar y eso... pos es gratis, yo feliz :D
No puedo creer que llegamos a +240 leídos... ¡Qué emoción! Me alegra mucho, en serio gracias.
All the love pa todos wach@s
Bye
-Isacrissahe.
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Cartas a un Amor Platónico♤|H. S|
FanficSu mirada esmeralda la había transportado a otro lugar. Un lugar perfecto donde no había dolores ni tristezas. Un lugar donde solo estaba él, mirándola sin nada ni nadie más a su alrededor haciendo que su estómago se resolviera y todo su cuerpo temb...