One shots - Eddie Munson / Steve Harrington

Eddie - La fiesta

Esta fiesta era una mierda, Steve se estaba liando con Nancy y todos los demás simplemente estaban ahí, mientras que yo había salido afuera, iba demasiado borracha como para permanecer mucho más tiempo entre toda esa gente.

Me tiré en una de las tumbonas al lado de la piscina, buscando un cigarrillo en mi bolsillo, sin mucha suerte.

- Tengo algo mejor que puede que te guste. -habló una voz ronca a mi derecha.

- Eddie Munson, el freak, en una fiesta, definitivamente estoy tan borracha que mis fantasías se hacen hasta realidad.

- ¿Fantasías? yo quiero saber más sobre ellas. -dijo sentándose en la tumbona de al lado, arrastrándola para quedar más cerca.

- En tus sueños, Munson. -le dije.

Llevaba años detrás de él en secreto, pensaba en él casi todas las noches, y quería estar con él.

Eddie encendió un porro y le dio una gran calada, después alargó el brazo y me lo acercó, lo cogí sin pensármelo. Empezamos a montarnos nuestra propia fiesta, cada uno con su vaso de alcohol mientras nos íbamos pasando aquello, a Eddie se le ocurrió una brillante idea.

- ¿Verdad o reto? -preguntó.

- Obviamente reto. -contesté segura.

- Tírate a la piscina y vuelve a salir.

Lo miré desafiante, sabía perfectamente por que quería que hiciera eso, llevaba un pequeño vestido blanco, sin sujetador, yo sabía que él ya se había fijado en mis pezones algo duros desde que él había llegado, así que, solo me levanté y me tiré, saliendo unos segundos después, completamente empapada.

La mirada de Eddie se volvió aún más oscura de lo que ya la tenía, y se mordió el labio inferior recorriéndome con los ojos.

- ¿Verdad o reto, Munson? -pregunté esta vez yo, sentándome enfrente suyo para que no dejara de mirarme.

- Verdad. -susurró.

- ¿Es verdad que estás duro ahora mismo y solo quieres follarme? -pregunté sin rodeos.

- Joder. -tosió y se atragantó.

- Contesta, o vas a tener que beber más. -canturreé en modo de burla.

- Sí.

- ¿Y que haces ahí sentado? -pregunté otra vez.

Él me miró, iba a explotar, se levantó y me tomó de la mano, entrando de nuevo en la fiesta, y subiendo las escaleras. Todas las miradas se pusieron en mi vestido mojado y en como Eddie Munson me arrastraba escaleras arriba en una jodida fiesta. 

Eddie abrió una puerta y se metió dentro conmigo detrás, era un baño, el cual yo cerré con pestillo y me volví a girar hacía él.

- Quiero que grites mi nombre, y que todos los gilipollas de ahí abajo escuchen como la chica popular ha caído con el maldito freak. -dijo con su mano en mi cuello y muy cerca de mis labios.

- Cumple mis fantasías, dame lo que llevo años queriendo. -susurré yo antes de estampar mis labios contra los suyos.

Eddie se separó y me miró a los ojos, no se esperaba que yo llevase años deseandolo, y eso encendió algo en él.

Me levantó y me sentó en el lavabo, dando la espalda al gran espejo. No tardó ni un solo segundo en subir mi vestido empapado y tirarlo en algún lado lejos.

- Llevo mucho rato queriendo lamer esos pezones rosados que podía ver a través de ese jodido vestido. -habló y yo gemí en respuesta a lo que sus manos se enroscaron en mis senos.

- Soy toda tuya, Eddie, por favor.. -empecé a suplicar.

En un instante, se quitó la camiseta junto los pantalones, quedando en bóxers, los cuales yo cogí y bajé de un tirón, revelando a su gran amigo, era enorme y iba a matarme.

Los dedos de Eddie bajaron hasta mi centro, encontrando una humedad esperándolo.

- Estas empapada, cariño, ¿eso es por mi? ¿quieres que te folle aquí mismo?

- Te necesito ahora, Munson, no me jodas.

Acarició una sola vez mi clítoris y se acercó, metiendo su polla en mi, fuerte, brusco, me hizo gritar y me aferré a su espalda, dejando algún que otro arañazo.

Empezó a moverse de manera rápida, sus embestidas eran espectaculares, me mataba con cada golpe y aún así no era suficiente, necesitaba más.

- Eddie, por favor.. -gemí fuerte.

- Eso es cariño, grita para mi, diles quien te está follando tan bien. -susurró y su boca bajó a uno de mis pezones, lamiendo y mordiendo, haciéndome gritar de placer.

No podía más, iba a explotar.

- Quiero correrme, Eddie. -conseguí decir entre gemidos.

- Voy a correrme contigo, cariño, vamos, enséñame cuanto tiempo llevabas queriendo esto. -mordió mi cuello y me dejé llevar por completo.

Me corrí, cerrando mis paredes alrededor de Eddie, haciendo que él soltara un gemido ronco y empezara a llenarme entera.

Estaba en el cielo.

- Joder, Munson, me has hecho esperar mucho, ¿piensas dejar esto así?

- Pienso llevarte conmigo ahora mismo, y tener unas cuantas rondas más en mi cama, cariño. -dijo mientras los dos nos vestíamos.

Me cogió de la mano y salimos los dos de ahí, con todas las miradas y susurros detrás de nosotros, a lo que Eddie respondió dándome un azote fuerte en el culo justo antes de entrar a su camioneta.