Otoño en mi saco (Parte 1)

luna y sol

La luna llena esperando a que llegue el sol, pero ella siempre tendrá que deslumbrar sobre la retorcida noche. Todos la adoran por su luz tan blanco mate, aquella luz que todos adoran. Pero nadie observa ya que todos están en un profundo sueño, nunca escuchara el cantar de los pájaros. El sol, aquel que nadie observa por su radiante luz, el siempre observara a las aves cantar, el despertar de la multitud, la vida de las personas y el atardecer, el observa todo, manteniendo silencio absoluto. El sabe mucho mas que nosotros, gracias a el vivimos, gracias a la nuestra existencia sigue en pie, aquella luna y sol que nadie valora, pero están ahí de cierta manera sin quejarse, observando los momentos de felicidad tanto de melancolía de las personas. La lluvia de la melancolía arruina el destello del sol mientras que favorece a la deslumbrante luna, ambos nunca podrán conocerse ya que cumplen roles distintos. La luna roja es la luna en su totalidad de pasión, aquel amor que nunca será correspondido por el sol, ya que el sol solamente tiene tiempo para el mismo. La luna todavía sin entender que su belleza basta, pero ella necesita una radiante estrella que le de aquella luz que ella cree que es necesario. Un par de rayos solares le basta a ella, pero ¿Qué pasara cuando el sol se canse de ser dependiente? La devastación de la noche acabara con la vida de los demás. El sol aun sin conocimiento, tuvo que deslumbrar para la vida, para su perfección, orgullo y ego. Muchos adoran su brillo, pero no pueden observarlo, Otros, saben que en algún momento su flama desaparecerá, tal vez ¿El sol carga con tanta presión? Simplemente tendrá que servir para nosotros aun sabiendo su cruel destino. Sin poder amar a alguien sabiendo que otros son su prioridad, sin amar, sin querer, sin ser querido, sin tener aquella aprobación de los demás, pronto su destello derrumbara en lo abstracto, muestra felicidad, o eso aparenta. Sus propiedades son saludables para nosotros, los humanos, pero dañinas para el. Nadie pregunto por él si quería de todas esas estrellas. Cumplir ese rol tan preciado desdichado, pero el cumplió y sigue cumpliendo. Un hecho tan valeroso.