En una tarde, plena, bastante fría para ser sinceros, la sinceridad, muestra toda su vomito verbal, en uno mismo, mostrando su hipocresía, amabilidad, solidaridad, pero, sobre todo, mi boina, mi boina de un bordo café tan apasionado sobre mi cabello, cabello por el cual desprende mi belleza. Mi saco cubriendo el ego, el ego sobre todo de aquel frio cruel, las hojas crujen sobre mis botas, miedo es de cobardes, pero nunca se sabe sobre el cobarde, aquel cobarde que perdió su alma por su retorcida ceguera ¿Realmente esto es tan real? Mis hojas crujen como la bufanda que cubre mis mejillas rojas de estar congeladas, tan congeladas como el destino frio, recuerdos sobre un verano infernal, poco a poco agotador siendo su mayor expresión de molestia posible, una gota más para acabar con su crueldad, crueldad que antes, fue una primavera alegre, su belleza recorriendo las flores, pero lo que nadie supo, es que ella iba absorbiendo la belleza de sus raíces para ella misma, egocéntrica tan color verde selva, una selva salvaje llena de árboles frondosos y arbustos tan silvestres que hacen que mis lagrimas sean tan otoño puro, posteriormente del otoño.
El siniestro invierno fue el que acabo con todo, mi paciencia, mi saco, mi boina, mi otoño interior, se había ido como el vendaval que hizo que mis recuerdos, ya fuesen abstractos, simplemente la nieve blanca tan fría que hace humedecer mis manos, tanto que las reseca, tratando de correr del frio nival. Realmente recuerdo como las hojas crujen ¿Esas hojas existían? Ya realmente no lo sé, simplemente mi dolor de cabeza rondando por el verano cruel, el invierno trastornado por el nival, la primavera mentirosa, pero, sobre todo, mi otoño honesto, ante todo, mi interior corriendo aquella ilusión de los árboles naranjas, tan naranjo cítrico que hace que mis sabores, se vuelvan ácidos. Los lagos cubiertos por la escarcha y simplemente su alma resguardada por su cristal tan azulina, mis ansias por llegar ya estaban por empezar, simplemente todos mis sentidos, más allá de lo real o no, siempre respetando aquel otoño tan puro como sus lluvias de humedad como mis lagrimas ya cayendo por mis mejillas congeladas, simplemente, mis manos ya suaves, resguardadas por los bolsillos de una suave tela beige por mi saco, mi boina bordo café preparada para afrontar todo aquello que sabe ponerse vulgar cuando las adversidades saben jugar en conjunto, por eso, cada vez que mis pedazos se destruyan y se repartan, el otoño en mi saco, se que estará para mí, todas estas historias fueron sentimientos y emociones que fui descubriendo en esta caminata de este parque de otoño, y cuando ví esa casa alejándose del otoño yendo a otra estación, supe que tenía curiosidad por verla...
![](https://img.wattpad.com/cover/316761040-288-k781552.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Otoño en mi saco (Parte 1)
SpiritualCada uno de los ámbitos de la vida que nos harán cuestionar cada uno de nuestros pensamientos más allá de lo terrenal sin un prejuzgar y pasar a mí otoño de honestidad Portada (inspiración): red (TV) Taylor Swift 🍁