Capítulo 3

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No sabría bien cómo calificar esa tarde. Fue divertida gracias a que contaba con la compañía de mis dos mejores amigas, pero creo que pudo haber sido mejor el sólo quedarme acostada y ver el tiempo pasar. Pocas cosas superaban eso a mi parecer.

A pesar de todo, terminamos mi preparación exclusiva en buen tiempo. No es que fuera tan difícil elegir entre una prenda y otra, o decidirse entre rojo violeta o rojo vino (terminamos por descartar ambos); era que no podíamos tomarnos algo enserio, entre las expresiones raras, conversaciones, risas contagiosas y demás, el tiempo prácticamente pasaba volando...

El primer conjunto que se hizo fue el mío (ambas hicieron la mayor parte ya que yo "me tardaba media hora en elegir el brasier que iba a usar"). Se terminó decidiendo que usaría un top negro, unos pants con diseño de cuadros verde con negro y unas Vans negras, y al juzgar por el lugar al que íbamos, con mi traje de baño debajo. No es que me pusiera lo que ellas me daban sin chistar, sino que me gustó lo que me ofrecieron y era demasiado perezosa como para pensar en otro conjunto.

Después de terminar con el atuendo me dispuse a cerrar los ojos y dejarme hacer el maquillaje que a Karen y a Megan les pareciera mejor. Dijeron que me pondrían un maquillaje simple, ya que en la fiesta ofrecerían pintar máscaras de animales y no era conveniente usar mucho si se iba a tapar de todos modos (porque, claro, íbamos a dejarnos pintar, ¿por qué no?)

Lo cierto era que mis amigas tenían mejor sentido de la moda que yo (no es que me vistiera como vagabundo, sólo que no le presto tanta atención a eso —y es contraproducente con mi tardanza al elegir ropa—). Además de que en el pasado he tenido muy buenos resultados cuando era hora de confiarles mi vestimenta y maquillaje. Definitivamente las mejores amigas que pude haber tenido.

Ya cuando estuve toda arreglada nos dirigimos a la casa de Karen, ya que dijeron que allí habían dejado lo que usarían esa tarde. Entramos como si fuera nuestra propia casa, ya que era algo acostumbrado el visitarnos regularmente. Saludamos con cortesía a la Sra. Johnson y nos dispusimos a subir.

En el cuarto, Megan y Karen sacaron sus conjuntos del closet y se vistieron. Megan con una blusa sin mangas azul, unos leggins negros y unas cuñas beige. Mientras que Karen usaba una blusa blanca de hombros descubiertos, unos jeans y unas sandalias con tiras en el tobillo; claro, ambas con su respectivo traje de baño debajo. Cuando nos aseguramos de que todo estaba en su sitio, nos dirigimos al auto de Karen, un bonito Volkswagen Beetle Cabrio rojo que sus padres le habían dado de cumpleaños 18.

En sí el camino a la fiesta no era mucho, pero nos tardamos buen rato en llegar ya que discutíamos si era completamente necesario desviarse a un McDonald's o mejor confiar en que habría algo comestible en la fiesta. Terminó con una Megan comiéndose su Bacon Smokehouse Burger y llegando a las 5:30pm a la fiesta.

El lugar al que acudimos fue el Annenberg Community Beach House, uno de los sitios a los que la gente tanto de Santa Mónica como de otras partes podía visitar y no te podías quejar de que te la habías pasado mal. Solía ir con mi familia cuando eran vacaciones de verano como estas, la instalación cuenta con área para niños, canchas de voleibol (también en la playa), una gran piscina, cafetería, etc.

Lo que me pareció curioso es que viniéramos un miércoles, ya que era bien conocido que en estas épocas no abrían entresemana. Eso era hasta que me di cuenta de que la fiesta la había organizado un pretencioso de la escuela el cual era malditamente rico. A juzgar por eso, diría que es capaz de alquilarlo todo para hoy. Y bueno, si quería despilfarrar el dinero de ese modo, creo que me merezco tener algo de diversión también.

Entramos por el estacionamiento sur (en el cual pudímos encontrar un lugar disponible por milagro) y lo primero que vi al entrar fue una gran masa de adolescentes, unos reunidos en la gran piscina, otros por las sombrillas, pude alcanzar a ver a otros jugando en las canchas de voleibol, y así, a cualquier dirección que apuntara, había alguien.

Testigo y CulpableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora