CAP 5 a la nación del fuego.

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"Princesa Azula."

"Long Feng."

"Pero qué agradable sorpresa encontrarla en estas humildes moradas."

"Me sorprende más que sigas vivo; mi hermano se ha asociado mucho con ese patético equipo de inadaptados, jugando con una piedra. Tus soldados te traicionaron y ahora estás en prisión por toda tu vida. ¿Realmente crees que estás por encima de mí?."

"Tú también estás encerrada para toda tu vida."

"Realmente lo crees así." - dándole una pequeña sonrisa malévola. - "Yo siempre tengo un plan de respaldo y pronto ya no estaré aquí."

"Los Dai Li han sido reformados casi por completo, sobrino, pero un pequeño grupo de ellos se ha revelado y escapado."

"¿Pensé que los habías reformado por completo?."

"No pude; el control mental de Long Feng fue demasiado para deshacerlo."

"¿Crees que pueden ser un problema a futuro?."

"Lo creo."

"Las tropas de la Nación del Fuego han estado centrándose fuera de la capital."

"Me pregunto qué es lo que estarán esperando."

"Creo que piensan que Azula todavía sigue libre. No sé si decirle a mi padre que Azula está en prisión, mirando a la gran Nación de la Tierra. Tío, tengo una idea para ocultar a Aang durante un tiempo."

"¿Y cuál sería ese método, Zuko?."

"Quiero ocultar a Aang en la Nación del Fuego."

"¿Eso es muy arriesgado?."

"Lo es, pero la Nación del Fuego está buscando a Aang y a su grupo por todo el Reino Tierra. ¿Qué mejor manera de distraerlos que escondernos debajo de sus narices?."

"Es buena idea a corto plazo, ¿pero por qué no se quedan aquí en el Reino Tierra?."

"Aang no puede acostumbrarse a tener todas las comodidades del Reino Tierra. Además, así podemos conectarnos con los maestros fuego originales."

"¿Quieres ir a...?."

"Sí, tío, tienes que decirme cómo llegar."

"Está bien."

Tiempo después, ambos maestros fuego se inclinarían ante el rey tierra. - "Me han notificado que piensan dejar el Reino Tierra junto con el Avatar y sus amigos."

"Es verdad."

"rey tierra."

"Por mi parte, quiero ayudar al Avatar a conectarse con su maestro fuego interno, y mi tío quiere visitar a unos compañeros suyos. Pedimos su permiso."

"Lo permitiré. Ayudaremos en lo que podamos en el eclipse."

"Le agradecemos su comprensión." - Después de un tiempo, todo el equipo Avatar se había unido." - Ya están de vuelta, eh.

"Fue un viaje duro." - Aang le daría una brillante sonrisa. - "¿Y cómo te fue con el rey tierra?."

"Estuvo bien. Y tú, ¿cómo te fue con el gurú?."

"Bueno, me fue bien." - rascándose levemente la nuca.

"Oye, chispitas, piensa rápido."

"¿Eh?." - Notando cómo un pedazo de metal se enrolló en sus piernas. - "¿Cómo lo hiciste?."

"Es mi nueva habilidad de controlar el metal. No soy asombrosa."

"Realmente lo eres. Esto será de mucha ayuda." - Ahora que Toph podía controlar el metal, sería de gran ayuda contra la Nación del Fuego.

"Y tú, chispitas, ¿lograste dominar el rayo?."

"Todavía se me hace difícil dominar al cien por ciento el rayo. Aang, ¿tienes un momento?."

"Claro, Zuko." - Ambos jóvenes se retirarían dentro del palacio. - "¿Ahora qué querías hablar, Zuko?."

"Tenemos que irnos a la Nación del Fuego."

"¿Por qué? Estamos bien protegidos aquí, ¿no?."

"Aang, dime con sinceridad, ¿si no hubiera seguido el camino que mi tío quería para mí, se quedarían en Ba Sing Se?."

"Es verdad, no podemos quedarnos aquí. No solo Azula está presente, sino que la Nación del Fuego también sabe dónde estamos. No podemos quedarnos por más tiempo en esta ciudad."

"Por eso quiero que vayamos a la Nación del Fuego. ¿Qué mejor lugar para escondernos que en sus propias narices?."

"¿Estás seguro de que es una buena idea?."

"Hay muchas cosas que pueden salir mal, pero es mejor que dejar que esta ciudad sea asediada por la Nación del Fuego."

"¿Cómo entraremos?."

"Entraremos por mar, utilizando un barco de la Nación del Fuego para poder mezclarnos."

"¿Y qué haremos con tu cicatriz?."

"La intentaré ocultar con un vendaje o algo parecido. También conozco muy bien sus rutas marítimas y sé cómo interceptarlos."

"Crees que esta es la mejor idea."

"Lo es, y estoy cien por ciento seguro."

"Está bien, haremos lo que dices, solo si Katara, Sokka y Toph están de acuerdo. Si no, seguiremos por el Reino Tierra hasta el día del eclipse."

"Está bien." - Ambos jóvenes fueron a contarle el nuevo plan de viaje a sus compañeras, quienes no lo tomaron de buena manera. Katara los regañó, Sokka casi sufrió un paro, y Toph casi los aplasta con una roca. Para su suerte, el tío Iroh logró calmar la situación antes de que ellos murieran aplastados.

"Y, ¿cómo te fue con tus padres?."

"Nunca llegaron." Fue una trampa de uno de mis antiguos maestros y un cazador de recompensas de una arena, al cual humillé. Los dejé encerrados en la misma jaula donde me tenían capturada."

"Los dejaste sin comida y agua dentro de una jaula."

"Oye, me quisieron encerrar en una jaula; se lo merecen." - dando leves golpes en las costillas al maestro fuego. - "Oye, chispitas, ¿cómo harás con tu cicatriz?."

Lo intentaré cubrir con una venda o algo así, despeinando levemente el cabello de la pelinegra. - "Oye, topito, ¿puedes controlar cualquier material metálico, no es así?."

"Bueno, puedo controlar cualquier metal que tenga tierra dentro de él."

"Puedes controlar esta espada."

"Sí, puedo." - Con sus dedos dobló la espada de Zuko como si fuera un pretzel. - "Lamentablemente, no sé cómo devolverla a su estado original, así que consíguete otra."

"Lo haré." - votando el trozo de metal que antes era una espada. - "Sabes, capture a Azula cuando se quiso hacer pasar por guerrera de Kyoshi."

"Y ahora estás conviviendo muy animadamente con la chica danzarina."

"Ty Lee es una buena amiga, y creo que está más interesada en Sokka que en mí."

"Suki no se lo tomará bien." - notando que las vibraciones de Zuko comenzaban a alertarse. - "No es tu culpa, sabes."

"Lo sé, pero aún así, Suki puede estar en cualquier lugar. Ty Lee dijo que Azula las mandó a la Nación del Fuego y no sabe en qué prisión la pudieron haber mandado."

"¿Cuántas prisiones puede haber en tu tierra?."

"Demasiadas, para serte sincero." - Había prisiones por doquier en su nación, y una de las más peligrosas era la Caldera Hirviente. - "¿Lograste empacar todo lo necesario?."

"No tengo mucho, solo empacé una diana de repuesto, mi traje de baño y mi cinturón de campeona."

"¿Que yo sepa era de a....?" - Antes de poder terminar, fue lanzado varios metros por una columna de tierra que se formó debajo de su trasero. - "Sin duda, ama ese cinturón, soplando un poco de la lechuga que había amortiguado su caída."

No somos tan diferentes (toph x zuko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora