Capítulo 20

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Pov María José.

Pasé una mano por mi cara, recargue mi cabeza entre mis manos soltando un suspiro. Me sentía frustrada, Valentina seguía en manos de Nikolay y eso no me agradaba.

Después de lo que había ocurrido mi cabeza era un torbellino de pensamientos, a cada instante pensaba a mil revoluciones por hora tantos sentimientos, tantos problemas, tantas dudas.

Me había metido a la boca del lobo, me estaba hartando toda la situación y mi lado sádico solo deseaba tener a Nikolay Romanenko Calle enfrente de mi para cortar su cuerpo y dárselo a los cuervos.

— Los Romanenko Calle.— Murmuré con una sonrisa irónica.

Todo se complicó más desde que aparecieron ellos, desde que esa castaña obstinada de ojos avellanas me cautivó.

Ella me confundía tanto y en parte era por la existencia de Milenka, a veces solo me daba ganas de desaparecer de sus vidas, pero debía acabar con el bastardo de Lord Calle.

Aún y cuando por primera vez, me estaba sintiendo amenazada por sentir amor.

No me importaría si tan solo... Ella no tuviera tantas cosas en contra.

—¿Y qué esperas, Poché?— Soltó Milenka en ropa interior.

Apreté los ojos y me puse mis jeans de mala gana, estaba con un humor de la mierda, mi cabeza dolía y mi garganta estaba seca.

Había despertado con mi jodida hermana en una cama, desnuda, después de haber follado con la mujer que nos interesa.

Maldita la hora que esa madita droga me domó.

— Milenka, solo cállate.— Espeté harta de sus quejas.

— Por Dios, abre los ojos.— Pidió exasperada.— Daniela folló con ambas, pero sabes que me ama a mi.

La miré incrédula de lo que me estaba diciendo, pero ella parecía muy segura de sus palabras.

—¿Si lo hiciera no estaría contigo ya?— Inquirí tajante.

— Ella solo está despechada, ¿sabés?— Murmuró.— Yo le mentí, por eso se refugia en ti, porque aunque niegues ser mi hermana nos une la sangre y el ser dos malditas iguales.

Reí irónica pasando una mano por mi frente.

— Si tanto te ama estaría contigo y no me hubiera dado la oportunidad de estar con ella.— Arrojé con determinación.

¿Y eso qué te asegura?— Milenka rió.— Tal vez cuando estaban follando pensaba en mi.

Di media vuelta sin querer escuchar más, iba abrir la puerta con mi camiseta en mano cuando la escuché.

— No te enojes.— Dijo a mis espaldas.— Después de todo ni sabía de tu existencia.

Tiré la camiseta al suelo con fuerza, giré mi cuerpo y Milenka me vió con mala cara, sintiendo rabia solo me abalance contra ella...

— Y ella lo confirmó.— Recordé con amargura.

“Tú no puedes reprocharme nada, Poché. Ni siquiera sabía de tu existencia cuando tenía a tu hermana entre mis piernas”

Ese día fue un total caos, aún no podía creer que Daniela, Milenka y yo follamos, era una locura.

Por desgracia las palabras de Milenka seguían constantes en mi cabeza y las de Daniela también, ella tenía razón.

Perversa Obsesión || Caché || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora