─ Tienes dos opciones: ¿Aceptas casarte conmigo y tener a mi hijo? ¿O me dejarás convertir a tus súbitos en pilas de cadáveres para pisar sobre ellos mientras me siento en tu trono? ─Earth Namuang
Las consecuencias de un impulso lo destruyen, Mix Th...
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*1 semana después*
El reino de Rayo de Sol Azul estaba de manteles largos, todos conocían que hoy era el tan especial día en el que su maravilloso rey finalmente se casaría y el rumor de un heredero naciendo pronto resonaba con fuerza.
Los ánimos estaban por las nubes, muchos se propusieron en decorar las calles principales y hacer actividades al aire libre para conmemorar la celebración que dentro de unas horas se llevaría a cabo.
El sol todavía no terminaba de salir cuando el movimiento dentro del palacio estaba a máxima velocidad, sirvientes corriendo de allá para acá con diversas cosas que debían de entregarse a su destino cuanto antes, el balbuceo era mayor de lo habitual, los guardias reales empezaban a dar recorridos, repasando el plan que habían estado construyendo por días para asegurar de que todo saliera bien en un día crucial como este.
Drake estaba encargado de todo lo de la seguridad y se tomó su deber enserio, no solo por su rey, sino también por el joven príncipe que iba a unirse a Earth.
Muy por el contrario de los ciudadanos del reino, dentro de esas lujosas paredes, muchos aun guardaban dudas y desconfianza hacía el novio, el príncipe Mix, habían algunos que no lo consideraban suficiente para casarse con su rey y otros que sentían que este matrimonio sería la ruina del reino.
Independientemente de todo, nadie dejó de trabajar, dejando que las cosas se dieran como los dioses deseaban y solo rogar de que hubiera divina bendición hacía ellos ante lo que sea que les deparaba el futuro.
Dentro de una exquisita habitación ricamente decorada estaba Mix sentado en la enorme cama, acababa de despertar solo para darse cuenta de que apenas había dormido 40 minutos, los nervios impidieron que durmiera hasta que su cuerpo colapso y aun así esa angustia se retorcía en la boca de su estomago.
1 semana podría parecer mucho tiempo, mas no lo era, para Mix se pasó en un abrir y cerrar de ojos, el tiempo sencillamente no estaba de su lado ya que entre mas quería aplazar el casamiento, las horas en el reloj avanzaban con mas prisa ante su perspectiva.
Sus padres no tardarían mucho en llegar y no deseaba que su madre viera el rostro demacrado y pálido con ojeras que tenía en este momento, porque desde que aceptó casarse con el tirano, Earth ni siquiera lo dejó volver a su reino o salir de los muros del castillo luego de haber ido personalmente con él solo para anunciar su matrimonio ante todo el pueblo de Cielo de Agua.
Si era honesto, se sentía nervioso por no saber como enfrentar a sus padres.
─ ¿Majestad? ─la voz de una sirvienta le habló desde el otro lado de la puerta ─ ¿Me ha llamado?
Mix se fijó en la pequeña campana que tenía entre manos, ni siquiera se había percatado de ella por estar pensando en los eventos que le deparaban hoy.