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Los pasillos hacía el calabozo eran mas frío de lo que Mix esperaba, otoño se acercaba, quizás esa era la razón de porque ninguno de los guardias que lo escoltaron ahí les importó los temblores en su cuerpo causados por el aire gélido, bastó con ver su mirada para que le quedará claro al joven el desprecio enorme que albergaban hacía él.

Personas que nunca estuvieron de acuerdo con que él formará parte de la familia real.

Desde el inicio supo que su presencia no iba a ser del todo aceptada en el reino, cielos, incluso en un momento pensó que escapar era la única opción buena con la que contaba, pero después de pasar tiempo con Earth, vio lo importante que su gente era para él y Mix no pudo hacer mas que admirarlo por ello.

Y optó por quedarse y tratar de mostrarle a Rayo de Sol Azul que cumpliría con la promesa que juró delante del rey luego de su matrimonio, porque quería enseñarle a Earth lo mucho que le importaba a él.

Gracioso, ¿no?

Ahora toda esa ilusión de liderar el imperio juntos se esfumó.

En medio de su lamento, Thawon trató de suprimir sus recuerdos de Earth mirando a su alrededor hacía cualquier cosa que pudiera distraerlo por unos segundos, fue entonces que percibió algo extraño en la ruta que estaban tomando.

─ Disculpe, ¿A donde vamos?

─ Al calabozo, ¿No te lo dijeron? ─el guardia a su derecha se burló con sorna

─ Este no es el camino al calabozo, no veo a los demás prisioneros, ni a los otros guardias ─los dos sujetos se miraron entre si y el joven sintió cada vello de su cuerpo ponerse de punta al ver lo que yacía adelante

Los cuerpos sin vida de los guardias del calabozo estaban recargados contra la pared, los habían colocado de tal manera que era imposible ver que algo estaba mal de no ser por voltear al piso en donde pequeños hilos de sangre apenas distinguibles se encontraban.

Ellos eran impostores.

Thawon aprovechó la indecisión de los tipos para zafarse de su agarre y correr lo mas rápido que podía hacía arriba, sabía que solo requería llegar al primer piso para estar en la zona segura, solo tenía que encontrar a alguien y estaría a salvo.

Se concentró tanto en huir que ni siquiera vio el golpe venir, solo vio como era empujado contra la pared y sujetado firmemente por uno de los tipos, una mano acallando sus gritos por auxilio, trató de resistirse, pero el hombre arremetió su cabeza varias veces y proporcionó golpes por todo su cuerpo.

─ ¡Maldita escoria! ¡¿Como te atreves a escapar?! ─el hombre mas robusto continuó desquitando su ira. ─ ¡Te voy a mutilar vivo y a darte de comer a los tiburones!

─ Oye tranquilo, si lo matamos el plan de la reina fallará ─dijo el otro haciendo que su colega lo mirará

─ Ella lo necesita con vida, así que puedo hacerle esto y mas, unos pocos rasguños no deberían de importar

─ Suficiente, tenemos un horario estricto al cual apegarnos, el tiempo esta en nuestra contra, hay que entregar este asqueroso paquete antes de que el siguiente turno de guardias llegue ─el alto y de delgada complexión mencionó, luego colocó una especie de brazalete en la muñeca del príncipe

Mix gritó todo lo que pudo, sintiendo un dolor tan inmenso que le provocó nauseas, la cosa que le pusieron se clavó en su piel, pequeñas jeringas se introdujeron en sus venas y nervios, algunas liberaron veneno y otras infligían mas dolor.

Los dos hombres veían como Mix se retorcía, las lágrimas descendiendo de sus mejillas, su frente sudando y el miedo y agonía reflejado en sus pupilas, quería arrancarse ese brazalete, pero no pudo hacerlo, en su lugar fue amordazado y llevado a rastras hacía una de las celdas.

The Crown PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora