capitulo 4. Musica Clasica

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                                 Joe

Me siento como adolescente enamorado a decir verdad creo que no han cambiado mucho las cosas desde entonces, desde que descubrí que estoy enamorado de Alessa a corta edad mi vida mejoró, mucha gente cree que casi no he vivido ya que llevo casado desde joven y concordaria en otros casos pero no en este, pues las mejores etapas de mi vida las he vivido junto a ella.

Maylin hace la fila para pedir su café como todas las mañanas esta vez yo solo la espero y la veo venir con dos vasos de café, lo cual provoca que la vea con horror.

—Imagina que es medicina para darte energía durante el dia– dice ella con una sonrisa inocente.

—Que no se repita– digo en tono neutro entre cerrando los ojos a manera de sarcasmo.

Ella ríe y seguimos nuestro camino, ni siquiera pruebo el café, mi esposa lleva mucho tiempo intentando que me guste el café, me a dado de diferentes tipos, pero es inútil, creo simplemente no me gusta y será imposible que le coja gusto a esto.

—Tu odio al café ¿se debe algo?– pregunta Maylin mientras bebe de su vaso.

—De hecho no, solo nunca me gusto, Alessa me hacía y aún hace que tome café, pero no lo disfruto, intente disfrutarlo por ella, pero no pude, no lo odio solo no es para mi– digo sonriendo.

—Y ¿Como esta Alessa? Llevo días sin verla.

—Pues, esta bien solo la tiene estresada su trabajo, se ve en una complicada situación.

—¿Algún caso difícil? O ¿Falta de trabajo?

—No, ammm quieren que defienda a un cliente que está más que sabido que es culpable pero su posición social y económica le da beneficios, y es culpable de violación a más de una chica, lo cual como imaginarás indigna a Alessa, bueno indigna a cualquiera hasta yo puedo decir que no me molestaría verlo muerto, pero a la vez no me cuesta creer lo que paso.

—¿A que te refieres?

—Paso en una fiesta en la que todos estaban borrachos y drogados, en lugares así eso sucede más habitualmente de lo que la gente piensa.

—Había olvidado que las fiestas y la bebida no es lo tuyo– dice mientras rie.

Solo me encojo de hombros llegamos al estudio de grabación revisamos las sesiones que están programadas para hoy y pues días normales adolescentes con una banda queriendo grabar su primer demo, espero tengan mejor suerte que yo, por otro lado busco una caja con varios de mis demos, es una caja en la que guardo todo lo que grabo por si algún día vuelvo a animarme a intentar que una discográfica me proponga firmar un contrato.

—¿Esas son...?

—Mis canciones– respondo antes de que termine de formular su pregunta

—¿Las escucharemos?¿o porque las sacas? Ni siquiera sueles tocar esa caja, aunque debo admitir no es necesario las recuerdas a la perfección, después de todo las creaste tú.

—Vendere la mitad como ya lo he hecho antes, así habrá un público que las disfrute aunque no las interprete yo.

—¡¿Que?!

Amargo sabor a café Donde viven las historias. Descúbrelo ahora