Narra Luke
-Michael, apúrate. Quiero comprar mi disfraz para la fiesta de más tarde.
-Bebé, ya voy.
Hace un año que Mike y yo vivimos juntos. Desde que decidimos hacer nuestra relación pública. Y mami Liz lo aceptó.
-Michael, por qué te tardas.
-Ya estoy listo-bufó- lo que tienes de lindo lo tienes de molesto.
-Así me amas- sin decir más besó mis labios y emprendimos nuestro camino.
-Hoy por fin será el día que Ashton se la meta a Calum.
-Luke, no debes meterte en sus asuntos ellos verán cuando lo hacen.
-Pero creo que es tiempo- mike besó mi frente.
-Calum es virgen y esta nervioso eso es algo lógico, ¿Acaso no te acuerdas de tu primera vez?
-Si, me duele solo de recordarlo- reímos.
-Y Aún sigues estando tan apretado como ese día- ronroneó en mi oído.
No dije ni una sola palabra, tardamos cinco minutos para llegar a la tienda.
-Cariño, ¿De qué te vas a disfrazar?
-¿Qué te gustaría a ti?
-Por mi estarías desnudo, con tu hermoso culo solo para mí.
-Mike, no digas eso.
-Te sonrojaste. Así también te pones cuando lo tienes en tu boca- bromeó.
Quiere jugar vamos a jugar. Restregué mi trasero contra ya su alegre amigo.
-Veo que ya estás feliz.
-Eso solo lo logras tú- me dio una nalgada- Vamos a medirnos disfraces.
Michael escogió uno de pikachu y uno de Dominatrix-el último solo para poder admirarlo en la comodidad de nuestra habitación-. Solo con imaginármelo ya mi pantalón estaba insoportable. Y Yo uno de jirafa.
-¿Qué tal?
-Azótame.
Su traje consistía en una traje de cuero completo excepto en la parte de su pene que tenía una tela negra que me daba una jugosa vista de su pene-la boca se me volvió agua-.
-¿te gusta lo que ves?
-Mmhh- llevé una mano a mi entrepierna para poder calmar el dolor.
-Al vestidor ya y sin ropa para cuando yo llegue.
Corrí prácticamente hasta adentrarme en el no tan pequeño vestidos. No lo pensé dos veces y comencé a desvestirme. Solo con pensar lo que Michael me va hacer me excita de sobremanera que siento que al momento que me toque me voy a correr.
-Así me gusta, Cariño- Mordió mi hombro.
-Michael, preparame de una vez- rogué.
-Calma, pequeño- me pegó contra la pared. Mi pene rozó la fría pared- Levanta las manos y no las bajes.
Empezó a partir besos por toda mi espalda, hasta que llegó a mis nalgas.
-Me encantan-nalgada- Eres tan sexi- nalgada- te voy a follar tan duro que ni de tu nombre te vas a acordar- asentí.
Un gemido salió de lo más profundo de mi garganta cuando sentí la ágil lengua de Michael explorando mi ser.
-Michael... Si... así... Oh.